EL CLIMA

martes, 25 de octubre de 2011

RELIGION CONTRICION

San Pedro en un acto de contrición. 1823-1825. Goya



Aclaramos que reflejamos esto a nivel informativo pero no
profesamos el culto catolico.

Contrición es, según la RAE, 1 en el sacramento de la penitencia, dolor y pesar de haber pecado ofendiendo a Dios; 2 arrepentimiento de una culpa cometida.[1]

El acto de contrición no es un sentimiento de pena, de vergüenza o de angustia. Es una disposición de la inteligencia y de la voluntad libre, no de la sensibilidad.[2] Es una actitud de toda la persona pecadora. Es arrepentimiento, dolor, pena ante el pecado cometido por la misma ofensa hecha a Dios.[3]

El dolor de los pecados, es motivado por el arrepentimiento de haber ofendido a Dios por ser El quien es y no sólo en virtud de los premios perdidos o castigos merecidos.[4] Los tres elementos de este concepto; sentimiento o dolor, rechazo o renuncia, propósito de cambio, han sido y son elementos claves para autentificar el arrepentimiento, de modo que uno sólo haría dudar de la autenticidad de esta disposición moral.

El Acto de contrición en tres palabras: “Dios mío, perdóname”, “Dios mío, perdóname”, es especialmente según la Iglesia para aquellos que están en peligro de muerte, ya que el sentido del oído es el último que se pierde al momento de morir,[5] también utilizado para el Sacramento de la Penitencia (Confesión).

Para lograr un Acto de Contrición no es necesaria ninguna fórmula, pero si tener la recta conciencia de arrepentirse de los pecados cometidos.

Entre los actos del penitente, la Contrición aparece en primer lugar. Es "un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar".
Catecismo de la Iglesia Católica, 1451

[editar] Acto de contrición en la misa

En la Eucaristía, seguido del saludo a la Asamblea por parte del sacerdote se realiza el Acto Penitencial, en el que el celebrante invita a los asistentes a reconocer los pecados propios acompañado de la oración que pide a Dios el perdón (acto de contrición). La Asamblea guarda un momento de silencio, para que los asistentes se arrepienta de sus pecados, conscientes de ellos.

El acto de contrición es dirigido a Dios Todopoderoso, porque el pecado rompe el diálogo con Él; a los hermanos, porque según la teología de la Iglesia, el pecado afecta la santidad de la Iglesia, de la que todos son responsables.[6]

Para dicho acto el Misal Romano ofrece tres formas diferentes de Acto Penitencial:

  • La primera es el "Yo Confieso", la más frecuente, esta tiene una doble dimensión del arrepentimiento y la conversión; al ofender a Dios se reconcilia con él; si ha ofendido a la Iglesia, también llama a reconciliarse con la Iglesia, por la cual se pide a los santos y a la Iglesia reunida en Asamblea, que se ore por los pecados cometidos.
  • La tercera forma, son letanías alternadas con peticiones o el canto del “Señor, Ten Piedad”. El misal presenta una serie variada de peticiones para la tercera formula, dando al celebrante la posibilidad de elegir según el tiempo litúrgico.

Además, de estas tres formulas el Misal recomienda el Rito de la bendición y aspersión del agua, especialmente en las Eucaristías dominicales.

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