Amado lector, es jueves y este mes de mayo, tambien tiene su encanto, nosotros los sureños nos arrimamos al invierno, del otro lado empiezan a derretir la nieve, y asi la vida, la tierra gira como el gatito que ves mas abajo, y nosotros giramos con ella casi sin darnos cuenta, y a lo mejor es por eso que a veces estamos tan revolucionados, pero nadie se altere ni se ponga mal, la esperanza no murio, en la caravana la revivimos todos los dias, porque somos de los que nos decidimos a creer, y asi lo seguiremos haciendo y asi, es como seguiremos viviendo.
besooos LC.
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Crujiente, y jugoso; el apio es reconocido por ser bajo en calorías, pero sus beneficios para la salud van más allá de su uso como alimento dietario. El apio contiene fitonutrientes útiles, vitaminas y minerales. Es fácil para incluir en los aperitivos, ensaladas, estofados, y hasta sopas.
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500 gr. de apio (peso neto)
60 gr. de mantequilla
media cucharada de harina
un poco de caldo
2 decilitros de leche
sal, pimienta y
si gusta
nuez moscada.
Prepárense y blanquéense los trozos de apio
Póngase en una cacerola un poco menos que la mitad de la mitad de la mantequilla; caliéntese y colóquense los pedazos de apio (han de quedar holgados, amontonándolos se deshacen); mójense con el caldo, añádase un pooo de azúcar, tápese, dejando un resquicio para dar salida al vaho; cuando rompa el hervor retírese y déjese cocer suavemente por espacio de una hora (hasta que esté tierno); destápese entonces y hágase hervir a fuego vivo, moviendo a menudo la cacerola y rociando el apio con su salsa hasta que ésta se vuelva siruposa. Retírese del fuego y consérvese al calor mientras se confecciona una bechamel con el resto de mantequilla, la harina y la leche. Salpiméntese; agréguese, si gusta, nuez moscada; viértase por encima del apio. Sírvase.
VAYA, QUE EN ESA EPOCA NO HABIA SMARTPHONES
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