EL CLIMA

lunes, 29 de febrero de 2016

¿Sabias que en la antiguedad?



https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Enrique_Simonet_-_El_barbero_del_zoco_-_1897.jpg

Los barberos tenían tres ocupaciones principales:

Cortaban los cabellos, demostrando su habilidad en dejarlos iguales primero, y después en seguir la moda establecida o inventar otras nuevas; para esta operación se servían, no de tijeras, sino de navajas de diferentes tamaños y más o menos cortantes. Accesoriamente arrancaban los cabellos grises que aparecían sembrados sobre las cabezas de los jóvenes o tenían, por medio de recetas tan variadas como sabias, las cabelleras que en la precedente operación no habían satisfecho.
La segunda ocupación de los barberos consistía en afeitar la cara y enjugaban la barba con una especie de servilleta de una tela felpuda, que ponían sobre los hombros de los pacientes y que tenía un tejido desconocido en nuestros días.




En fin, el tercer empleo de los barberos consistía en cortar las uñas de las manos lo que se verificaba con una especie de cuchillitos de una forma particular.
La antigüedad nos ha dejado un poemita de Fallías sobre el barbero Eugates, que contiene una enumeración cómica de todos los útiles necesarios a las funciones del barbero y a los cuidados de tocador.

Los barberos, llamados entonces esquiladores, fueron llevados de Sicilia a Roma por un tal P. Ticinio Menas, el año 451 de la fundación de la ciudad. La moda, desde mucho tiempo generalizada en Grecia de llevar los cabellos cortos y la barba rasa, se propagó rápidamente gracias con especialidad a Escipión, el segundo Africano, que se afeitaba todos los días. Los esquiladores comenzaron por ejercer su industria al aire libre, pero más tarde este uso subsistió solamente para la plebe y los esclavos y las tiendas de los barberos anunciadas por una presentación de navajas, de cuchillitos y de espejos llegaron a ser puntos de reuniones para los ociosos y para los noticieros. Uno de los principales méritos del dueño del establecimiento era saber responder a todas las preguntas que se le dirigían y los barberos suministraban imitando a los autores y actores cómicos o satíricos, el tipo de la curiosidad y de la murmuración. Uno de estos artistas le preguntaba cómo quería que so le afeitase a un filósofo de carácter áspero, respondió estas breves palabras: quieren que se me afeite sin hablar. La historia de esta anécdota no dice si los grecostarios o carenos, desde los tronstianos más elegantes hasta la vía Suharana, donde los barberos de baja especie afeitaban las barbas de los plebeyos, el filósofo pudo encontrar un esquilador según le convenía.

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