EL CLIMA

sábado, 7 de enero de 2012

SIBILA


La sibila es un personaje de la mitología griega y romana, también presente en las tradiciones cristianas y en el judaísmo de los siglos I a. C. a I d. C. Se trata de una profetisa, inspirada en ocasiones por Apolo,[1] capaz de conocer el futuro.

Según algunas tradiciones, hubo una joven hija del troyano Dárdano y de Neso[2] (hija del gobernador Teucro) que estaba dotada del don de la profecía y tenía una gran reputación como adivina. Esta joven se llamaba Sibila y por eso desde entonces vienen llamándose así a todas las mujeres que ejercieron esa capacidad de profetizar.

Otras tradiciones afirman que su padre fue Zeus, fruto de su relación con una hija de Poseidón llamada Lamia, por lo que su don es de origen divino. También hay tradiciones que citan a Herófila como hija de Zeus.[3]

Los primeros escritores griegos sólo hablan de una sibila. Se cree que se refieren a la sibila llamada Herófila, quien profetizó la guerra de Troya.[6] Más tarde fueron surgiendo otras, siempre con su nombre de procedencia. La lista llega hasta diez:

Roca de la Sibila de Delfos.

La más importante de todas en la mitología romana era la sibila cumana.

El primer autor griego del que tengamos referencias, que hable de la sibila es Heráclito (Siglo V a. C.), que habla de una sibila.[7] Igualmente Platón habla de sólo una sibila.[8] Con el tiempo el número se incrementa a tres, diez o hasta doce. En todos los casos, más que por su nombre, que no poseían, se conocían por el gentilicio del paraje donde moraban.[9]

De forma majestuosa, Miguel Ángel pintó en la Bóveda de la Capilla Sixtina, intercaladas con cinco profetas, las cinco sibilas[10] más representativas en su época, que son:


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