EL CLIMA

domingo, 28 de noviembre de 2010

A LIMPIARSE


HISTORIA DEL HIGIENICO


El neoyorquino Joseph C. Gayetty, en 1857 empezó a comercializar hojas manila sin blanquear, al que llamó Papel Medicado Gayetty. Lo que Gayetty no sabía era que aquel papel sería un rotundo fracaso que no llegó a sustituir a las hojas de papel de periódico y los trapos. Corrió idéntica suerte el inglés Walter Alcock en 1879 al lanzar su propio producto en forma de rollo de papel, pues la moral de su época chocó con este nuevo invento. Finalmente en 1867 dos hermanos estadounidenses, llamados Edward y Clarence Scott, consiguieron popularizar en Estados Unidos el uso de un producto hoy universal, el papel higiénico, el éxito fue gracias a que ofrecían el producto en pequeños rollos.

Tan sólo hace 200 años que las cloacas o drenajes sirven a domicilios privados. Durante cuatro milenios, los orinales eran volcados a la calle, previo aviso. De ahí viene el famoso grito de “¡Aguas!”. Uno de los próceres del higiénico cambio fue el poeta inglés John Harington, quien, molesto con los incómodos orinales, en 1597 desarrolló elWater Closet o excusado de válvula, que bautizó Ajax y fue instalado en el palacio de su madrina y protectora, la Reina Isabel I. A la soberana le encantó contar con un sanitario cómodo y privado, sin tener que soportar el olor de una bacinica bajo la cama. Harington recibió más elogios reales por su invento que por su poesía. Por desgracia, el invento no tuvo mayor futuro, ya que para que funcionara correctamente, era necesario un sistema de drenaje y alcantarillado que Londres no tenía aún. Fue hasta 180 años después, en 1775, que el inventor Alexander Cummins patentó un sanitario de cisterna, basado en la idea de Harington, perfeccionado poco después por Samuel Prosse, con su válvula esférica y Joseph Bramah, quien inventó el sistema de sifón que se sigue utilizando hasta nuestros días. Setenta años más tarde, en virtud del acta de Salud Pública inglesa, se obligó a instalar en todas las casas que se construyeran un servicio de inodoro. Hacia 1890 ya había triunfado en toda Europa y de ahí se extendió su uso a nuestro continente. El artefacto ha recibido en el mundo todo tipo de denominaciones, a menudo extendidas al local en que se instala, como es el caso del W.C. o Water Closet, es decir, el “closet del agua” en Estados Unidos, o el “baño” en México, ya que generalmente el excusado está en la misma habitación que la tina o regadera donde nos bañamos. Los campesinos ingleses siguieron llamándolo “john”, en homenaje al poeta inglés John Harington, que indudablemente fue su precursor. Se cree que el primer material utilizado por los humanos para limpiarse después de defecar fueron hojas y ramas. En algunas regiones costeras se utilizaban conchas de mejillones y en las islas hawaianas, cortezas de cocos. Los romanos, precursores de la higiene moderna, acostumbraban tener en los baños públicos esponjas con agua salada, que usaban con el mismo fin. Los ricos utilizaban lana y agua de rosas. Más tarde, la realeza europea usó paños de algodón humedecidos en la misma agua de rosas como productos de limpieza después de hacer sus necesidades. A finales de la Edad Media, los franceses inventaron el bidet o bidé, artefacto para que las personas de ambos sexos pudieran enjuagarse con un chorro de agua; por supuesto, los modelos originales no contaban con las modernas instalaciones de plomería. En Estados Unidos, los colonos utilizaban los desechos de mazorcas de maíz. Cuando se popularizaron los periódicos, su papel se convirtió en el material elegido. A fines del Siglo XIX, el catálogo de Sears fue muy popular en las zonas rurales; la gente simplemente lo colgaba y tenía 100 páginas de papel absorbente. Cuando la tienda lo imprimió en un papel de mejor calidad, más grueso y brillante, hubo muchas quejas. Algunas fuentes atribuyen la invención del papel de baño al estadounidense Joseph Coyetty en 1857. Veinte años después, en 1879, los hermanos Irvine y Clarence Scott formaron la Compañía de Papel Scott, que entre otros productos ofrecía rollos de papel absorbente para uso médico, el cual era vendido en farmacias y es reconocido como el primer papel higiénico. En 1880, la Compañía Británica de Papel Perforado creó el primer papel destinado a ser usado para limpiarse después de usar el excusado. No venía en forma de rollo, sino en cajas con pequeños cuadrados precortados. El papel británico era muy tosco y rugoso, mientras que los estadounidenses desarrollaron uno más suave y esponjado, aunque el primero en venderse era muy parecido al papel crepé. El uso del papel sanitario en rollo se hizo común en los Estados Unidos a partir de 1907 y poco después se extendió a otros países, como el nuestro. Sin embargo, la costumbre occidental de utilizar papel higiénico como instrumento de limpieza no es compartida en todo el mundo. Algunos países árabes y musulmanes la consideran inadecuada y sucia. En estos lugares se acostumbra limpiar los residuos con la mano izquierda y enjuagarla posteriormente. Incluso se cuenta con recipientes de agua especializados para tal fin. Algunos historiadores han llegado a la conclusión de que la costumbre de saludar con la mano derecha evolucionó precisamente de esa práctica de limpieza con la mano izquierda, la cual se consideraba sucia.


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