EL CLIMA

sábado, 21 de noviembre de 2015

DOBLE O NADA



https://es.wikipedia.org/wiki/Digresi%C3%B3n


Una digresión ( del latín digressĭo, -ōnis, apartarse, en en griego « παρεκβάσις (parekbásis)») es una figura literaria que consiste en un cambio temporal del tema en el curso de un relato, y más generalmente de un discurso, para evocar una acción paralela o para hacer intervenir al narrador o al autor (la epífrasis de los romanos, o la parábasis del género teatral) cuyo efecto es romper el hilo del discurso con un cambio de tema intencionado. Considerada un adorno inútil para la retórica antigua, la digresión es sin embargo una técnica narrativa probada. Permite dilatar el relato, pausar, divertir o ironizar, o, en fin, insertar un comentario del autor.

En literatura la digresión formó parte sustancial de los trabajos satíricos del siglo XVIII, como en El cuento del tonel de Jonathan Swift, La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne. También Benito Pérez Galdós la usó mucho en sus obras durante el siglo XIX. En el siglo XX se ha asociado con la ficción posmoderna que ha usado la digresión para distanciar al lector de la ficción y para crear una sensación de juego.

Ejemplo:

- El gato de mi prima está demasiado alterado - Dijo impaciente. Y cómo no iba a estarlo, si cierta raza de gatos no puede siquiera adaptarse al clima tan frío del pueblo donde vivían. Es como si alguien quisiera traerse verduras exóticas del Caribe, y las plantara lo más al norte de Rusia. Aunque, claro, puede darse el caso de que si aquello funciona, no sería más que una de las tantas muestras de supervivencia de las especies.
- ¿Estará estresado?
- Lo dudo.


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https://es.wikipedia.org/wiki/Clavicordio

El clavicordio es un instrumento musical europeo de teclado, de cuerda percutida y sonido muy débil. Este instrumento no se debe confundir con el clave (harpsichord, clavecín, clavicémbalo, clavicímbano), la espineta o el virginal.

Las teclas del clavicordio son simples palancas; cuando se hunde una de ellas se puntea la cuerda con una pequeña púa de metal ("tangente") insertada en el extremo contrario de la tecla. Esta tangente determina la afinación (tono) de la cuerda al dividirla en su longitud. La longitud de la cuerda entre el puente y la tangente determina la altura (afinación) del sonido. Una de las dos partes de la cuerda dividida no suena porque está en contacto con una faja de fieltro agudo.

El intérprete puede hacer un pequeño vibrato (rápida y casi imperceptible variación de la afinación) realizando un efecto con el dedo, llamado en alemán Bebung ('temblor'): hace variar la fuerza con que mantiene apretada la tecla mientras la tangente se encuentra en contacto con la cuerda. Cuando el martillo abandona la cuerda, ésta deja de sonar y tiene una curva de extinción rápida.

El clavicordio —a diferencia del clave— posee "respuesta al tacto" (touch response): según la fuerza del ataque se puede variar la intensidad, aunque ésta siempre será muy débil. A partir del mecanismo del clavicordio —que permite tocar con diferentes dinámicas entre el piano (suave) y el forte (fuerte)—, los italianos crearon el pianoforte (el actual piano), que desplazó a sus dos antecesores, el clavicordio y el clave.

Como las cuerdas vibran desde el puente sólo hasta donde se aplicó el martillo, se pueden asignar varias teclas con sus respectivos martillos a la misma cuerda (como en el monocordio). A este sistema se le llama "clavicordio trasteado" (fretted clavichord). Esta técnica simplifica la construcción (debido a que se requieren menos cuerdas) pero limita las habilidades del instrumento ya que en cada cuerda sólo se puede ejecutar una altura (nota) a la vez. Por eso era muy raro que se le asignaran más de dos notas a cada cuerda. Generalmente para compartir una misma cuerda se elegían pares de notas que en esa época nunca se oían juntas (por ejemplo el do y el do#, en su defecto se prefería el trino, es decir, variación muy rápida de la nota).

Aunque casi cualquier música escrita para clave, piano u órgano se puede tocar con clavicordio, su sonido es demasiado tenue como para tocar en conjuntos de cámara. Carl Philipp Emmanuel Bach (hijo de Johann Sebastian Bach) fue un gran compositor de obras para clavicordio.

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