EL CLIMA
miércoles, 21 de octubre de 2015
Buscamos y encontramos la cueva de arlanpe.
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La cueva de Arlanpe se abre en la ladera NNE de una peña caliza llamada Arlanpeko Atxa situada en el barrio de Landais del municipio vizcaíno de Lemona (coordenadas UTM: 30T 519254 4782262, 204 m.s.l.). Desde su actual entrada se visualiza el tramo final del río Arratia en su confluencia con el río Ibaizábal.
El yacimiento de Arlanpe se descubrió en el año 1961 por los espeleólogos Xabier Zumalde e Ignacio Espinosa miembros del Alegría Club de Amorebieta. Fruto de este descubrimiento se recuperaron unos escasos materiales en una cata de la entrada que posteriormente José Miguel de Barandiarán definió como “de aspecto inferopaleolítico”. Este yacimiento supuso a partir de ese momento la única referencia a posibles ocupaciones del Paleolítico Inferior en la provincia de Vizcaya4 y sin embargo cayó en el olvido para la comunidad de arqueólogos, llegando incluso a ser confundida en la carta arqueológica por otra cueva (Arlanpe II) situada a más de 100 metros de la original. En 2006 la cueva fue objeto de una revisión y una prospección mediante sondeos en la cual se evaluó el interés arqueológico del sitio. Desde 2007 el yacimiento es objeto de un proyecto de investigación pluridisciplinar que, bajo la dirección de Joseba Rios-Garaizar, reúne a más de una decena de especialistas de distintos centros y universidades entre los que cabe destacar el Arkeologi Museoa de Bilbao, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Cantabria o la Universidad de Burgos entre otras. Este proyecto cuenta con la financiación de la Diputación Foral de Bizkaia, Fundación Barandiarán, Gobierno Vasco y Ayuntamiento de Lemoa.
Las excavaciones recientes desarrolladas en Arlanpe están permitiendo recuperar un contexto arqueológico mediante metodologías modernas de excavación y análisis. Un ejemplo de ello es el uso de un resto de Oso pardo recuperado en el yacimiento para evaluar el grado de diversidad genética de los osos pardos actuales. Sin embargo el verdadero potencial del yacimiento radica en la presencia de ocupaciones del tránsito entre el Pleistoceno Medio y el Superior que van a permitir comprender mejor las formas de vida de los primeros grupos de Homo neanderthalensis en el Norte de la Península Ibérica. Las ocupaciones solutrenses son también importantes para clarificar como y porqué se produce el tránsito entre el Solutrense y el Magdaleniense. Por último las fosas de época romana proporcionarán una información importante para enriquecer la visión que tenemos acerca de la sociedad del final del Imperio en el Norte de la Península Ibérica.
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