EL CLIMA

miércoles, 28 de noviembre de 2012

DICHOS POPULARES

















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Nada del otro mundo: Se supone que una cosa «del otro mundo» sería algo digno de sor-prender y conmocionar a los habitantes de este planeta, por eso, cuando se trata de algo que no alcanza ese nivel, usamos esta frase.

Nadar contra la corriente: Avanzar en la vida en el sentido contrario al que van todos, pelear para conseguir algo, luchando contra todas las graves dificultades, como si uno tratara realmente de avanzar en el río pero haciéndolo no a favor de la corriente.

Nadie diga, de esta agua no beberé: Frase que afirma que ninguno está libre de que le suceda lo que a otro semejante, por lo general, aplicada cuando se trata de consecuencias negativas para la persona.

Nadie es héroe para su ayuda de cámara: Según algunos, la expresión pertenece a los Ensayos, de Montaigne; para otros, habría sido pronunciada por Madame Carnuel, aludiendo a lo difícil que es conservar el prestigio de la intimidad. En nuestra lengua, circula la forma nadie es un señor delante de su criado.

Nadie es perfecto: Una de las frases más veraces de nuestra selección, por la cual se justifica la falibilidad del ser humano que, por más que se considere sin defectos, siempre habrá de demostrar que no es perfecto.

Nadie es profeta en su tierra: Expresión tomada del Evangelio según San Lucas, IV, 24, que en la actualidad suele aplicarse a toda persona que logra un éxito profesional fuera de su país, muchas veces habiendo sido ignorado en él.

¡Naranjas de la China!: Se usa para negar lo que otro acaba de afirmar. Viene de la época en que el pueblo no creía que las naranjas procedieran de tan lejano lugar.

Ni chicha ni limonada: Ni una cosa ni la otra, permanecer indefinido. La chicha es una bebida alcohólica obtenida de la fermentación del maíz con azúcar, mientras la limonada -como todos sabemos- se extrae del limón. Por lo tanto, el dicho alude a lo que no es ni una cosa (bebida alcohólica) ni la otra (bebida refrescante).

Ni ebrio ni dormido: Expresión que se habría originado en un episodio vivido por el general Belgrano, al hallar a un centinela que se había quedado dormido luego de una borrachera. Desde entonces, habría dictado una norma por la que se establecía que "ningún vigía podía estar ni ebrio no dormido en su puesto". Posteriormente, la locución pasó a ser sinónimo de terminante negativa ante cualquier hecho.

Ni están todos los que son, ni son todos los que están: La frase está tomada de una cuarteta de Ramón de Campoamor, por la que se asegura que muchas veces, en los manicomios no están internados todos los que deberían estar y los que sí están, a veces, no merecerían estarlo.

Ni fu ni fa: Ni una cosa ni la otra; no tener definición. Podría equivaler a ni chicha ni limonada.

Ni lerdo ni perezoso: De una manera rápida, decisiva, sin tardar tiempo. Generalmente, se usa como elogio a alguien que ha tomado una decisión trascendental.

No abrir el paraguas antes de que llueva (o antes de tiempo): Si bien es aconsejable prevenir los males, no es conveniente ser excesivamente precavido, pecando de obsesivo.

No basta que la mujer del César sea honesta... ...también tiene que parecerlo: dice el proverbio. Según cuenta Plutarco en sus "Vidas paralelas", un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Tal era su enamoramiento, que en cierta oportunidad, durante la fiesta de la Buena Diosa -celebración a la que sólo podían asistir las mujeres- el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio. Como consecuencia de este hecho, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechada de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. La expresión, con el tiempo, comenzó a aplicarse en todo caso en el que alguien es sospechado de haber cometido alguna ilicitud, aun cuando no hubiera dudas respecto de su inocencia.

No caber ni un alfiler: No quedar un lugar libre, ni siquiera para estar de pie, como suele suceder en algunos partidos clásicos de fútbol, en ciertas carreras de caballo y en algunos recitales musicales.

No cambiar de caballo en medio del río: Es un consejo práctico para el hombre de campo: es contraproducente intentar el cambio de montura en medio del río. Pero, aplicado a la vida cotidiana, este refrán aconseja a las personas no variar la forma de encarar los proyectos y mucho menos, cambiar a sus colaboradores en momentos cruciales.

No cantar victoria antes de tiempo: En inglés, equivale a no contar los pollos antes de que estén empollados, con lo que se advierte claramente la necesidad de ser prudente en la consideración de los logros y no darlos por obtenidos antes de tiempo.

No dar el brazo a torcer: No ceder, no darse por vencido, por analogía con la acción de los pulseadores, que tratan de mantener firme su brazo ante la resistencia del oponente que intenta doblegarlo.

No dar por el pito más de lo que el pito vale: No adjudicar a las cosas más valor del que realmente tienen.

No dar puntada sin nudo: Para coser, es necesaria tanto la aguja cuanto el hilo, pero si al hilo no se le hace el nudito típico en su extremo, se escaparía por el ojo de la aguja. Por eso, la referencia a que la persona es muy cuidadosa en su accionar. La frase sufrió la deformación no dar puntada sin "hilo".

No decir esta boca es mía: No hablar palabra, permanecer callado. A veces, se la utiliza como sinónimo de prudencia, para no decir algo de lo que podamos arrepentirnos luego.

No dejó títere con cabeza: Todos sabemos que los títeres son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual. En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que el célebre Don Quijote haya podido arremeter como lo hizo, contra el retablo del maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza. La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy: Habla de la conveniencia de hacer las cosas en el momento actual y no postergarlas para mañana, debido a que nadie puede predecir lo que habrá de suceder en el futuro.

No es moco de pavo: El dicho tiene origen en la jerga de germanías, es decir, el habla española propia del hampa de los siglos XVI y XVII. En esta jerga, los rufianes y ladrones llamaban moco al trozo de cadena que quedaba después de robar el reloj de bolsillo de la víctima, que era conocido como pavo. Así, cuando éste iba a sacar su reloj para ver la hora, se encontraba entre sus dedos aquella especie de moquillo, bailando fláccido en el interior del bolsillo. La frase 'no ser moco de pavo' se usa hoy para dar a entender a alguien que el valor y estimación de una cosa es más importante que lo que él considera.

No es nada lo del ojo: Según cuenta la tradición, alguien, como consecuencia de una riña callejera, tuvo la mala suerte de resultar herido en el rostro y perder uno de sus ojos. Entonces, lo recogió en su propia mano y comenzó a correr por las calles de la ciudad, en busca de ayuda. Mientras iba a toda velocidad por la vía pública y para darse valor ante la gente que lo miraba con preocupación por tan grave accidente, iba diciendo ... no sufro nada... no pasa nada... en realidad, no es nada lo del ojo... Claro, esta afirmación ante tan grave hecho, cayó muy bien en el jocoso espíritu popular y la gente, tomando al pie de la letra la expresión, la completó diciendo no es nada lo del ojo... y lo llevaba en la mano, cuya parte final suele omitirse. Posteriormente, parece ser que la escena volvió a repetirse, esta vez protagonizada por el célebre torero Manuel Domínguez "Desperdicios", toreando en la Plaza de Puerto de Santa María, en 1857. De todas formas, la locución quedó en el uso popular para subrayar burlonamente la actitud de quien, ante un grave trance, trata de minimizar la urgencia de una situación.

No es oro todo lo que reluce: A veces, las apariencias engañan. El oro, todos lo sabemos, brilla como muchos metales, pero no todo lo que brilla es metal precioso. En la vida, sucede algo similar: no todo es como nos parece.

No es tan fiero el león como lo pintan: Modismo utilizado para expresar que, aun cuando algunas personas tienen fama de duras, malas o agresivas, llegado el momento, suelen tener actitudes propias de una buena persona.

No está muerto quien pelea: Expresión que -a la manera de mientras hay vida, hay esperanza- alude a la fuerza que pone una persona que, aunque se encuentra casi derrotada por la adversidad, sigue dando pelea.

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