El
lenguaje soez es un conjunto de formas lingüísticas consideradas por
toda la comunidad lingüística o parte de la misma como formas
indecentes, inapropiadas, groseras u ofensivas. Qué constituye lenguajes
soez y qué no, es una convención cultural y solo puede ser definido
dentro del nivel émico de las ciencias sociales. Generalmente se
utilizan en el lenguaje soez expresiones sobre lo que en la sociedad es
sagrado (religión, familia)
o sobre lo que se considere tabú (sexo, partes
del cuerpo, escatología) o bien expresiones que exacerben descripciones
personales (insultos).
Los términos comunes para designar a las palabras consideradas como lenguaje soez varían según los países y las regiones:
disparate (en Bolivia).
garabato (en Chile).
grosería (en Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Costa Rica y Venezuela).
improperio (en Chile y Ecuador).
leperada (en Colombia).
lenguaje altisonante (en
México).
lisura (en Perú).
mala
palabra (en Argentina, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Costa Rica, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y
Uruguay).
malcriadeza (en El Salvador).
maldición (en Bolivia).
palabra malsonante.
palabra obscena.
palabra soez (en Perú).
palabra sucia (en Panamá).
palabra vulgar (en Costa Rica).
palabrota (en Chile y España).
picardía.
plebedad (en la Costa Caribe de Colombia).
puteada (coloquialmente en Argentina, Chile,
El Salvador, México,[cita requerida] Paraguay, Perú y Uruguay).
replana.
taco (en España).
vulgaridad (en Colombia, México y Venezuela).
En
muchas sociedades, a pesar de que las palabrotas se consideran
inadecuadas es frecuente que en ciertos contextos sean muy usadas y no
sean siempre rechazadas, especialmente como interjecciones que expresan
desprecio o enojo. Lo que en unos contextos sociales puede estar
asociado a estigmatización, en otros puede tener un prestigio encubierto
entre ciertos grupos sociales. Ese es el caso del lenguaje soez entre
los hombres jóvenes en muchas sociedades occidentales, donde el lenguaje
soez está asociado a actitudes machistas promovidas por el grupo en
contextos restringidos.
En las sociedades occidentales, el lenguaje soez es más frecuentemente usado por hombres que por mujeres.
Debido
a que la sociedad considera el hecho de que no está bien visto que los
niños utilicen estos términos, se les amenaza con castigarlos
"lavándoles la boca con jabón" si llegan a decir alguna palabrota.
Además de esos factores sociolingüísticos, las palabrotas se
caracterizan por un alto grado de convencionalismo sobre lo que
constituye y lo que no una palabrota. Las palabrotas cambian de
significado de un país a otro, o incluso de una región a otra del mismo
país. Se puede dar el caso que una palabra sea considerada malsonante o
inadecuada en un dialecto pero no en otro, por ejemplo en la República
Dominicana se considera inadecuado el uso de la palabra cuero como un
adjetivo o un sustantivo referido a una mujer (donde significa
prostituta) mientras que en México es un halago. Asimismo, la palabra
concha en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay es
considerada obscena (por referirse al órgano genital femenino), mientras
que en
otros países no lo es, por ejemplo en Venezuela se utiliza para
referirse a la piel, corteza o cáscara de frutas, huevos, etc. En Costa
Rica, si cuando se vá caminando accidentalmente se tropieza con una
mujer, si al disculparse con ella se dice: "¡disculpa, te pisé!"; la
frase es interpretada con una connotación sexual, ya que la palabra
"pisar", hace referencia a mantener relaciones sexuales, posiblemente
refiriendose coloquialmente a la forma en que el gallo fecunda a la
gallina.
Históricamente
también se registran cambios en las convenciones que reflejan cambios
sociológicos, así en la Inglaterra de la época victoriana por ejemplo se
consideraba inadecuado el uso de la palabra leg ('pata, pierna')
incluso para referirse a la pata de la mesa. En español por muchos años
mencionar el nombre de Dios o de la
Virgen se consideraba irreverente, basado en el segundo mandamiento,
por ello la creación de nombres con advocaciones a estas figuras
religiosas (Salvador, Pilar, Socorro, etc). Hoy en día llamarse Jesús o
María es muy común, mientras que el nombre Jesús no es usado entre
protestantes. En noruego la expresión Herregud! (¡Dios mío!) aún es
considerada tabú por algunos grupos religiosos, mientras que la misma
variante en español ha pasado a ser de uso corriente.
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