La polinosis es una patología que se presenta principalmente durante las estaciones de primavera y verano, sobre todo en niños y jóvenes, y que afecta más a las personas que viven en ciudades posiblemente como consecuencia de la polución.
La causa principal de su aparición es el polen generado en las plantas que al propagarse a través del aire entre en contacto con las mucosas expuestas a él, es decir, ojos, nariz y boca, produciendo procesos respiratorios como rinitis o asma, es lo que se conoce como reacción alérgica.
La polinosis, como se ha dicho, puede afectar a varios órganos provocando diferentes síntomas. Destacan:
- Nariz: produce una inflamación, caracterizada por estornudos, picor, congestión, secreción y obstrucción nasal.
- Ojos: provocando conjuntivitis, que unido al picor del paladar, de garganta y de oídos se conoce popularmente como ‘fiebre del heno’.
- Pulmones: produce tos, dificultad para respirar, sensación de opresión torácica y pitidos, es el llamado asma polínico.
Además, hay que tener en cuenta que la climatología influye de manera directa en la sintomatología. Así, por ejemplo, en los días cálidos, secos y con viento el polen se mueve mejor afectando en mayor medida a las personas alérgicas, por el contrario los días lluviosos, nublados o sin viento son ideales para estas personas.
Tras ser diagnosticada la patología, generalmente gracias únicamente a un estudio alergológico cutáneo, el tratamiento consistirá en evitar la exposición al alérgeno y en algunos casos, se recurrirá a vacunas.
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