EL CLIMA

sábado, 31 de marzo de 2012

LA NUEVA CARAVANA



Como todos los sabados el editor esta con poquito tiempo, asi que te dejamos con un par de lindas historias que van a fortalecer tu alma y tu esperanza, una de paulo coelho y otra del gran poeta khalil gibran.
Recorda siempre que esperanza, es paciencia, y fe, en que el objetivo, se va a cumplir, esperanza, es decirle al desilusionado, al angustiado, que todavia se puede, y que la solucion es posible, alentarlo a que no baje los brazos, y a que sea cada dia, mas creyente en sus posibilidades y que nunca, pero nunca, deje de pensar o creer en que Dios, va a extenderle su mano aunque este, en el mas profundo de los pozos, de alli lo podra sacar para renacer, e ir mejorando.
Que disfrutes la lectura, te amamos, este domingo estamos con mas.
besooos LC.

Todos hemos pasado muchos días,
o semanas enteras,
sin recibir ningún gesto de cariño del prójimo.

Son momentos difíciles,
cuando el calor humano desaparece,
y la vida se reduce
a un arduo esfuerzo por sobrevivir.



En esos momentos en que el fuego ajeno
no le da calor a nuestra alma,
debemos revisar nuestro propio hogar.

Debemos agregarle más leña y
tratar de iluminar la sala oscura
en la que nuestra vida se transformó.

Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita,
que la madera cruje,
que las brasas brillan
o las historias que las llamas cuentan,
la esperanza nos será devuelta.

Si somos capaces de amar,
también seremos capaces de ser amados.
No es más que cuestión de tiempo...



Por muy larga que sea la tormenta,
el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.


(Khalil Gibran)

Te doy el nombre de Pandora, ¡oh, graciosa doncella! -dijo Zeus-. Tu nombre significa la mujer “de todos los dones”. A los que acabas de recibir añado éste mío. Se trata de éste cofrecillo que llevarás contigo cuando bajes a la Tierra. Contiene todos los males que pueden hacer llorar, sufrir, destrozar a los hombres. Guárdate, pués, de abrirlo por nada del mundo. Si lo hicieras, los males se esparcirían por la Tierra, mientras que aquí permanecerán encerrados, eternamente presos, sin que puedan perjudicar a nadie...

La curiosidad de Pandora, poco a poco, empezó a inquietar su pensamiento. ¿Qué contenía el precioso cofrecillo regalado por Zeus? ¿Todos los males? ¿Y si abriese apenas un poquito la tapa y mirase con precaución por la rendija para ver cómo eran?
Pandora levantó la tapa, e inclinó el rostro hacia la breve abertura, pero tuvo que apartarse rápidamente, presa del mayor espanto. Un humo denso, negro, acre, salía en enormes espirales del cofre, mientras mil horribles fantasmas se dibujaban en aquellas tinieblas que invadían el Mundo y oscurecían el Sol.
Eran todas las enfermedades, todos los dolores, todas las fealdades y todos los vicios. Y todos ellos, rápidos, incontenibles y violentos, salían del cofre irrumpiendo en las tranquilas moradas de los hombres.
En vano, Pandora trataba afanosamente de cerrar el cofre, de cortar el paso a los males, de remediar el desastre. El Destino inexorable se cumplía y desde entonces la vida de los hombres fue desolada por todas las desventuras desencadenadas por Zeus.

Cuando todo el humo denso se esfumó en el aire y el cofre parecía vacío, Pandora miró al interior, y vió todavía un gracioso pajarillo de alas tornasoladas. Era la Esperanza.
Se apresuró a cerrar el cofre impidiendo así que la Esperanza se escapara al igual que todo lo que había contenido en su interior.

De ésta manera se conserva guardada en el rincón más profundo de nuestros corazones la Esperanza de los hombres.

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