EL CLIMA

martes, 28 de febrero de 2012

MISTERIOS




"Apollon", Diciembre de 1999


En 1969, cuando el Senador Edward Kennedy se enfrentó con el derrumbe de sus aspiraciones a la presidencia, luego de Chappaquiddick, se preguntó si existía una maldición sobre su familia. Por décadas, un gran número de personas se ha formulado la misma pregunta, fuera en privado o a través de la prensa. La historia de este extraordinario clan nos lleva a preguntarnos si algún demonio del infortunio sigue los pasos de sus miembros. La reciente muerte de John F. Kennedy Jr. ha levantado, una vez más, especulaciones acerca del motivo por el cual los hombres del clan parecen ser derribados a tiros, al igual que patos de madera en el puesto de una kermés, para no mencionar los ingresos a hospitales por cuestiones de drogas, divorcios virulentos, y otras miserias humanas, las que aunque más privadas y menos ostentosas para los involucrados son, quizás, no menos trágicas. Ninguna generación de esta poderosa familia ha salido ilesa. Naturalmente, los astrólogos han analizado los horóscopos de los Kennedy¿ con especial cuidado desde todas las perspectivas. Todos aquellos que los han estudiado pueden reconocer en cada carta natal individual, factores que podrían reflejar, al menos en parte, la tragedia de esa vida en particular. Pero aquí existe una secuencia de tragedias que es extrañamente coherente en su continuidad. ¿Las podemos relacionar astrológicamente? ¿Tienen sentido en el ámbito psicológico? ¿Estamos presenciando lo que los Griegos entendían por una maldición familiar? ¿Estamos asistiendo al resultado de una letal, pero muy humana mezcla de ingredientes -una familia disfuncional manejada por la ambición obsesiva y habitualmente relacionada con los grupos de poder y corrupción que tarde o temprano implican peligro y posiblemente muerte violenta? ¿Estamos viendo coincidencia? O como hubiera sugerido Ian Fleming ¿se trata de "acción enemiga? Y si es así, ¿qué es y dónde está el enemigo?

La palabra "maldición" conjura imágenes de hechicería, magia negra, novelas de Dennis Wheatley y películas de clase B sobre momias egipcias que reviven.




Un breve resumen de las tragedias de los Kennedy puede ayudarnos a ver que acertadamente el sufrimiento de esta familia se articula con el criterio griego de maldición familiar. Durante los años 20 y 30, Joseph P. Kennedy, el patriarca de la familia, llegó a una posición de enorme poder y riqueza, mucha de la cual tuvo su origen en el contrabando de licores y otros medios cuestionables. En un artículo escrito luego de la muerte de John F. Kennedy Jr., Glenn Richter sugiere que la Maldición de los Kennedy es simplemente arrogancia, exhibida en iguales cantidades por cada generación. Su afirmación sobre Joe Kennedy es condenatoria: "Todo lo que lograba era con un poco de ayuda de su buen amigo FDR y mucho de sangre fría, algo que Papá Joe tenía en abundancia. ¿De qué otra forma sino hubiera podido continuar asociándose con ladrones y aún así mantener su cabeza erguida frente a la alta sociedad? ¿Cómo hubiera podido sino seguir besándose con provocativas sirenas de la pantalla con una actitud indiferente, mientras su esposa se quedaba en casa criando más hijos Kennedy? Papá Joe no era exactamente lo que podría llamarse un buen muchacho". Aquí nos encontramos con el individuo talentoso del mito Griego, favorecido por los dioses con una fuerte mezcla de audacia, determinación, encanto y brillo político. Sin embargo, "Papá" Joe estaba claramente afectado de arrogancia extrema en el mejor sentido griego. Su hija mayor, Rosemary, nacida en 1918, era una niña feliz y afable. Pero era levemente retardada y una fuente de enorme incomodidad social para su padre. Aparentemente, no podía aceptarla como era y tener en cuenta todas las cualidades que poseía. Por lo tanto, ordenó hacerle una lobotomía que se llevó a cabo en el año 1941 cuando ella contaba con veintitrés años de edad. La operación salió terriblemente mal. Esta niña, alguna vez dulce y feliz, se convirtió en un ser severamente retardado y tuvo que ser internada por su avergonzado padre en una institución por el resto de su vida. Las deidades de la Mitología Griega no parecen preocuparse por transgresiones comunes como el contrabando y el adulterio; después de todo, ellas mismas se entregan a ese tipo de pasatiempos. Pero si se tratara de personajes de una tragedia griega, se nos diría sin ambigüedades que al destruir a su hija, Joe Kennedy puso algo en movimiento que tendría terribles consecuencias a través de las generaciones. Tal vez su obsesiva ambición de criar un hijo Presidente era igualmente destructiva. Esto, en un nivel más sutil también es una forma de abuso infantil, ya que sus hijos no tuvieron la oportunidad de convertirse en ellos mismos. La ambición obsesiva, ya presuntuosamente arrogante mucho antes que Joe Kennedy naciera, asegura que el potencial único del individuo sea tragado por el demonio familiar. No pretendo saber si el cosmos verdaderamente detenta el tipo de moral severa en la que los Griegos creían. En el contexto de nuestra simple y altamente personalizada moral judeocristiana, la concepción griega del universo puede parecer terriblemente impersonal. Pero si consideramos la lista de características de la maldición familiar que he mencionado antes, es claro que Joe Kennedy fielmente se ajusta a los Criterios números 1, 2 y 3.

¿Realmente esto significa que su "pecado" sería inevitablemente "castigado" a lo largo de las generaciones? No estoy sugiriéndolo, ni creo personalmente que la vida es así de simple. El mundo está lleno de desagradables que viven vidas largas y destructivas y mueren autosatisfechos en sus camas, mientras que muchas personas buenas y decentes se enfrentan con terribles experiencias que ni ellas ni sus ancestros han merecido. Además, no todas las tragedias forman parte de un modelo ancestral repetitivo. Sin embargo cuando lo hacen, necesitamos empezar a prestar atención. Tengamos en cuenta el Criterio No. 4 y consideremos brevemente la transmisión de la cadena de tragedias que ha afligido a la familia Kennedy. Esta lista breve no incluye cuestiones como divorcios, adulterio, alcoholismo y otros pasatiempos familiares que son lo suficientemente comunes como para ameritar el término "tragedia", excepto, tal vez para los individuos participantes.

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