
GESTOS FEMENINOS
Movimientos Femeninos
El carácter de «hueco», de cavidad entrante al interior del cuerpo, que presenta la morfología del sexo femenino, implica ya una vocación magnética. Los gestos de seducción de la mujer van, pues, por analogía, a liberar un movimiento global de todo el cuerpo, o de partes del cuerpo, con vistas a atraer y hacer entrar en sí el sexo opuesto. Esta primera orientación gestual fundamental se enriquece con otra propiedad específica del sexo femenino en situación de unión. Son los movimientos de constricción que implican una toma en anillo del sexo opuesto, lo que estimulará el gozo profundo propiamente dicho. Esta posición cilíndrica suscitará naturalmente la idea de circundar, de rodear, de contornear por la vía del acrecimiento y el apretamiento.
De hecho, se observarán gestos de presión que, por otra parte, implicarán más tarde la idea de comprensión. Se toma para dar, a la inversa de lo masculino, que puede dar para tomar. De esta situación estructural se derivan gestos de acogida que implican movimientos de retirada momentánea para mejor avanzar a continuación. Todo esto induce una gama de gestos dominados por un concepto de reacción, en oposición a los gestos masculinos dominados por el impulso. Todos los gestos centrados sobre la idea de desposar, lo que significa adaptarse, procederán por tanto de la naturaleza morfológica femenina. Es preciso comprender que si el sexo masculino, en su rigidez misma, fuerza a la adaptación (lo que le ha valido esta mala reputación de ser a veces ofensivo o agresor), a nadie se le ocurre pensar la misma cosa del sexo femenino. En efecto, éste se abre y adhiere lo más íntimamente posible a la forma del órgano que le es propuesto, de ahí su gran capacidad para poder sacar provecho de la considerable diversidad anatómica de los órganos masculinos. Ello entraña otra gama de movimientos, impresionante en su riqueza y complejidad, con vistas a la apertura o separación de las piernas, que una mujer puede realizar con un simple gesto. Ellos revelarán ya toda la negociación sutil del deseo que debe permanecer a la espera, o, al contrario, que llama. Se pueden así considerar sin error posible tres gestos-maestros que se complejizarán al infinito de las posibilidades del cuerpo: • Los gestos de invitación que llaman al objeto a seducir a que entre en uno. • Los gestos de envolvimiento que implican la idea de rodear, de adaptarse, y que bien evidentemente generan movimientos centrados alrededor de la curva y todos los efectos de curvatura. El modelo perfecto de éstos es representado por la suprema expresión del gesto femenino que es la danza, y particularmente las danzas orientales la cual adorna a la mujer de una gracia estimuladora del erotismo.
• Finalmente, los gestos de apertura que revelan la disponibilidad femenina a hacerse abrir literalmente, es decir, a separar finalmente ambos lados del sexo. Acto que se acompaña de numerosos gestos de estiramiento, de vulnerabilidad aceptada y de abandono de la resistencia ante el deseo del otro en adelante apto para dominar el movimiento que la mujer puede entonces administrar.
Gestos Primarios muy significativos: Gestos primarios precopulatorios, movimiento de adelante hacia atrás para el hombre, y oscilante para la mujer.
Gesto de invitación universal: Dos dedos sobre los labios, boca abierta, lo que quiere decir, en el caso de una mujer, que sin duda ha sido seducida. las profesionales usan, y abusan, de este gesto para enardecer al cliente.
Gesto en curvatura: Gesto primario de seducción. La rotación genera todos los movimientos en curvatura que califican a la naturaleza femenina en su espíritu más original.
Gesto de Apertura: La separación, gesto primario de seducción, uno de los más poderosos y de los más fáciles de descifrar: separar las piernas tiene siempre el mismo significado y se acompaña a menudo de gestos de estiramiento.
Los gestos Maestros Femeninos: Diferentes gestos de feminidad típica fácilmente reconocibles. Gesto de concesión al otro (cabeza inclinada) y auto caricias. Apertura/cierre de los ojos (muy importante para las norteafricanas que usan velo) Gesto de separación-oscilación de las piernas.
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