
GRAN CANTANTE ESPAÑOL
Francisco Andión y González, más conocido como Patxi Andion, (nace el 6 de octubre de 1947 en Madrid) es un cantautor, músico y actor español. Ha participado en algunas películas españolas de los años 1970 y es conocido fundamentalmente por su labor como cantautor.
Nació en 1947, dicen los papeles que en Madrid, aunque siempre la marcaron sus ancestros vascos. Ahora sólo esporádicamente ‘desempolva’ aquellas viejas canciones que un día sonaron como un mazazo en una España en la que se había asumido en menor o mayor grado, y con las lógicas convulsiones, a Serrat, a Raimon, a Llach... pero en la que costó aceptar a Patxi. Y es que él no le buscaba tanto como otros el doble sentido o la metáfora social a sus canciones, ni escondía sus aspiraciones y frustraciones, ni éstas estaban tan lejanas de las del hombre de la calle... Pero lo hacía con una voz tan sincera, no exenta de un tono de irónica mala leche, que había quien pensaba que le podían haber censurado hasta el mismísimo “Avemaría”, de haberlo grabado con aquel, su inimitable estilo...
“Nací exactamente hace 21 años y hace 21 años que soy vasco. En mi pueblo había una iglesia y ocho tabernas. A los diecisiete días dicen que me trajeron a Madrid; aquí me inscribieron. Comencé a estudiar en Madrid en un colegio de lo que a mí me parecía una gran ciudad. Apenas éramos doscientos, parecíamos el desecho educacional de otros colegios. Lo éramos. Éramos también sinceros, y nos reíamos de los profesores. Rompíamos farolas y cabezas, también tirábamos a las chicas del pelo. Más tarde fumábamos en los servicios. Allí nacieron mis primeros pensamientos de conciencia de clase y mis primeros odios”...
Actualmente reside en Madrid y da clases de Comunicación audiovisual, Producción, realización y operaciones artísticas y Producción audiovisual práctica en la Escuela Universitaria Politécnica de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Patxi se estrenó en público a los cinco años, en Radio Madrid (Cadena SER) interpretando el papel del niño Jesús en una obra de radio teatro y cantando una canción de moda entonces, ?La Fuente del Avellano?. En la adolescencia tocó en grupos de rock como Los Camperos, Los Silvers o Los Dingos. Ya en esa altura poseía el vozarrón que más tarde le haría inconfundible, pero en aquellos tiempos de voces edulcoradas, significó una limitación ya que no le dejaban cantar en el grupo por tener ?voz de negro?, y hasta la popularización de los discos de Ray Charles y otros como el, no le dejaron el micrófono. «Tocábamos clásicos como La Plaga, El Rock de la Cárcel o Popotitos. Aquello era divertidísimo. Me acuerdo de las primeras actuaciones. Aún llevaba pantalones cortos y me cambiaba de ropa en cualquier lugar para salir al escenario. » Cuenta.
Pronto comienza a componer desde su inquietud cultural, social y política. Lo que más tarde se definiría como canción de autor. Tal vez como el mismo dice, por el ansia «de estar comprometido con la única cosa con la que se puede uno comprometer: La duda».
El Padre de Patxi, republicano de izquierdas sufrió cárcel durante años y en ese ambiente, es donde se empieza a forjar la conciencia social y política de Patxi que se desarrolla más tarde en el entorno de una organización revolucionaria de izquierdas que luchó contra el franquismo, el FRAP. A consecuencia de esta militancia, varias veces está a punto de ser detenido por la policía política del régimen y después de una redada en la que caen varios militantes, decide pasar la frontera a Francia, donde ayudado por los servicios de acogida de los españoles exiliados, comienza un exilio en Francia que le marcará para toda su vida.
Su experiencia en Francia con apenas 19 años, fue trascendental pues fue testigo del revolucionario Mayo del 68 parisiense. Allí, comienza una vida bohemia donde comienza a cantar en Caves del barrio latino. Entre tantas direcciones de acogida, vivió en la rue Gay Lussac, que fue de las primeras en ser cortada por la famosa revuelta estudiantil. Según el mismo, fue una experiencia inolvidable en todos los sentidos. Vivía, como sus compañeros de exilio, en la más absoluta de las indigencias. Plagado de ladillas y blenorragia. La más baja de las bohemias. ?Un día, haciendo tiempo para acostarme en la casa en la que las camas eran ocupadas por riguroso orden de ocho horas, pasé por la rue Monsieur Le Prince y me paré en un lugar llamado La Candelaria (Música Latinoamericana y española) anunciaba en la puerta. El dueño resultó ser de San Sebastián y vasco parlante por lo que la relación se estableció rápidamente. ?Empecé tocando los bongos para su pase de música latinoamericana y un día que me oyó cantar me contrató. Hacía tres sesiones diarias y me pagaban 25 francos lo que me daba para dormir, pero no para comer?.
Poco a poco va introduciéndose en los ambientes de izquierda y comienza a cantar en célebres ?Caves? como L?Escale o La Contrescarpe. La idea del exilio permanente le hace promover una investigación para conocer las consecuencias de su hipotética vuelta a Madrid. A La Candelaria llega Félix Vitrie, el gran empresario promotor de Georges Brassens y propietario del mítico teatro Bobino, donde cantan las grandes figuras de la Chanson. Propone a Patxi actuar en él como vedette americain del programa de Brassens. Lugar que el año anterior había ocupado Serge Reggiani. Y una prueba seleccionada con discos Barclays. Pero Patxi ya tenía decidido volver a España para cumplir el servicio militar.
En Madrid, se reencuentra con Luís Eduardo Aute con quien había compartido estudio en sus comienzos. Aute grababa para RCA y le presenta a Mari Trini. Cantautora recién llegada, como él, de Francia, para la que comienza a componer canciones. Un día, grabando una maqueta para ella en los estudios de RCA en la Torre de Madrid, su voz llama la atención de Gil Beltrán, director general de la compañía. Le propone grabar pero en medio de las negociaciones se cruza la gestión de un amigo de la familia. Manolo escobar, que había sido cantante del grupo Los Sonor quien le consigue una entrevista con Carlos Guitart, director artístico de Movieplay que le contrata para grabar su primer disco. Era una apuesta difícil. La voz ronca de Patxi y sus textos duros chocaban con un público habituado a los intérpretes de canción melódica o modos más convencionales como el propio Aute o Serrat. Además, Patxi trataba de temas poco comunes para aquella época, temas difíciles, espinosos. El primer disco que editó fue un single con dos canciones. Una, salió editada ya prohibida para su difusión pública (La Jacinta) y la otra (Canto) siguió el mismo camino a los quince días. A pesar de ello, su irrupción en el medio profesional fue impactante.
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