EL CLIMA

martes, 24 de agosto de 2010

MEMORIA














MEMORIA


La memoria es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información.[1] Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales, a este fenómeno se le conoce como potenciación a largo plazo. Permite a los seres más evolucionados retener experiencias pasadas. Estas experiencias, según el alcance temporal con el que se correspondan, se clasifican, convencionalmente, en memoria a corto plazo (consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla o sensibilizarla transitoriamente) y memoria a largo plazo (consecuencia de un reforzamiento permanente de la sinapsis gracias a la activación de ciertos genes y a la síntesis de las proteínas correspondientes).

En términos practicos la memoria, o mejor, los recuerdos son la expresión de que ha ocurrido un aprendizaje. De ahí, que los procesos de memoria y aprendizaje sean difíciles de estudiar por separado.

El estudio de la memoria se suele centrar, genéricamente, en los homínidos, ya que contienen la estructura cerebral más compleja de la escala evolutiva. No obstante, el estudio de la memoria en el resto de especies también es importante, no solo para hallar diferencias neuroanatómicas y funcionales, sino también para descubrir semejanzas. Los estudios con animales se suelen realizar también para descubrir la evolución de las capacidades mnésicas y para experimentos donde no es posiblemente, por ética, trabajar con humanos. De hecho, los animales con un sistema nervioso simple tienen la capacidad de adquirir cocimiento sobre el mundo, y crear recuerdos. Pero, claramente esta capacidad alcanza su máxima expresión en los seres humanos.[2]

El cerebro humano típico contiene unas 100.000 millones de neuronas y 100 billones de interconexiones entre esas neuronas (sinapsis).[3] Aunque a ciencia cierta nadie sabe la capacidad de memoria del cerebro, ya que no se dispone de ningún medio fiable para poder calcularla, las estimaciones varían entre 1 y 10 terabytes.[4] Según el afamado científico ya fallecido, Carl Sagan, tenemos la capacidad de almacenar en nuestra mente información equivalente a la de 10 billones de páginas de enciclopedia.[5]

No existe un único lugar físico para la memoria en nuestro cerebro.[6] La memoria está diseminada por distintas localizaciones especializadas. Mientras en algunas regiones del córtex temporal están almacenados los recuerdos de nuestra más tierna infancia, el significado de las palabras se guarda en la región central del hemisferio derecho y los datos de aprendizaje en el córtex parieto-temporal. Los lóbulos frontales se dedican a organizar la percepción y el pensamiento. Muchos de nuestros automatismos, por su parte, están almacenados en el cerebelo.

Los primeros estudios sobre la memoria comenzaron en el campo de la filosofía, incluyendo las técnicas para mejorar la memoria. A finales del siglo XIX y principios del XX la memoria pasó a ser el paradigma de la psicología cognitiva. En las últimas décadas, se ha convertido en uno de los principales pilares de una rama de la ciencia conocida como neurociencia cognitiva, un nexo interdisciplinario entre psicología cognitiva y la neurociencia.


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