EL CLIMA

domingo, 23 de mayo de 2010

GATOS GATOS








Una especie de elite. En la actualidad existen 50 tonalidades registradas.

Breve historia

Tiene su origen en Asia menor, desde donde, durante la primera década del siglo XVIII, fue introducido a Europa. Allí se los conoció como gatos franceses o angoras. Al cruzarse con gatos de pelo largo y aspecto rechoncho procedentes de Irán (ahora Persia) la raza comenzó a denominarse persa.

Aristócratas europeos, como la reina Victoria de Inglaterra, poseían este tipo de gatos. Desde entonces el persa ha cambiado bastante; antes tenía el cuerpo y la cara más largos y los ojos más pequeños que en la actualidad, esto debido a que se prefirió el tipo iraní al esbelto angora.

El persa moderno está muy relacionado con otras dos razas, el himalayo y el exotic. El himalayo sería idéntico al persa si no fuera por su color, que es igual al del siamés. El exotic es un persa de pelo corto. La mayoría de las asociaciones permiten registrar cruces entre estas razas como gatos de pura raza con pedigrí.

Una especie de elite
En la actualidad existen 50 tonalidades registradas (los primeros persas eran blancos). Durante aproximadamente ochenta años y a través de cuidadas selecciones se han obtenido más de cien variedades de gatos persas. Éstas se pueden subdividir, en función de la coloración del manto, en cuatro grupos:

1. Este grupo comprende los persas de manto compuesto por pelos monocromos desde la raíz a la punta. Los colores pueden ser sólidos o diluidos, escama de tortuga, bicolores, tricolores, arlequines, “van” y “calicó”. 2. A éste pertenecen los persas que tienen parte del pelo despigmentado: chinchilla, plateado, dorado, ahumado y camafeo, en todos los colores reconocidos.
3. En éste se incluyen aquellos en los cuales el color es más denso en las extremidades del animal (colorpoint), es el tipo Siamés.
4. Son incluidos los persas “tabby” (atigrados).

El gato persa se caracteriza por tener el pelaje largo y denso, de textura fina y sedosa, que puede alcanzar una longitud de 20 centímetros. Tienen ojos grandes, bien redondos, y su color puede variar; dependiendo del tipo, pueden ser dorados, cobrizos, verdes, rojos, azules, blancos e inclusive diferentes en cada ojo.

Su cabeza es redonda, su nariz pequeña y chata, y las orejas pequeñas, de punta redondeada; sus patas son fuertes y cortas. Tiene cuerpo grande y rechoncho. Se trata de un animal con un carácter tranquilo, ya que se pasa la mayor parte del día durmiendo.

A diferencia de la mayoría de los gatos, se sienten muy bien dentro de una casa, y suelen respetar los lugares prohibidos. Para su educación conviene hacerlo de una manera cariñosa, ya que por la fuerza no reaccionan bien y se muestran testarudos.

A este tipo de gato no les gustan mucho los niños, ya que le resultan demasiado ruidosos; y tampoco aceptan la presencia de otros animales domésticos en la casa.

Precisan de un cuidado especial, y al contrario de todos lo gatos, éstos no son capaces de limpiarse solos, además el lamido los hace propensos a acumular bolas de pelo en su estómago. Por lo tanto, resulta imprescindible el cepillado diario. Como se puede ver es una raza bastante quisquillosa, los cambios bruscos de temperatura no les gustan, como tampoco el calor, y una exposición prolongada al sol puede dañar la calidad y el color de su bello pelaje.

Los gatos persas son de línea genética muy pura (línea americana), peculiaridad que los convierte en unos animales muy difíciles de criar, sus camadas son escasas y de muy pocos cachorros cada vez -sólo tienen uno-, y cuando tienen tres se considera una camada numerosa.

Por lo tanto, criar un auténtico gato persa implica una importante inversión económica, ya que se empieza con la adquisición de los padres de pura sangre pasando por los cuidados veterinarios especiales durante la gestación y el parto, alimentación, medicinas, vacunas y, lo más importante, cuidados muy especiales de los criadores a tiempo completo.

A esto se le suman los gastos de tipo administrativo: alta de camada, reconocimiento de los gatos en organizaciones oficiales nacionales y/o internacionales mediante el concurso en exposiciones, tramitación de pedigrí, certificados veterinarios de salud, etc.

Por último, la castración (esterilización) resulta necesaria tanto para los machos como para las hembras. Está confirmado, por los veterinarios y por las protectoras de animales, que los mamíferos castrados viven más años, su pelo es más abundante, se evitan enfermedades urinarias, cánceres de próstata y testículos en machos, y de ovarios y mamas en hembras. Se evitan fugas durante el celo y el marcaje con orina y heces por la casa. También se hacen más cariñosos y mansos, y se vuelven más fieles.

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