Los deportes extremos son todos aquellos deportes o actividades de ocio con algún componente deportivo, que por su real o aparente peligrosidad o por las condiciones difíciles o extremas en las que se practican se consideran bajo este término.Este término no implica en sí mismo la clasificación de nuevos deportes, sino que agrupa muchos ya existentes que implican cierta dosis de exigencia física y, sobre todo, mental. Como ejemplo están los deportes más exigentes dentro del excursionismo (escalada en hielo, escalada en roca en libre, etc.), y otros de reciente creación como (bungee, snowboard, etc.). Incluso un mismo deporte puede ser considerado extremo bajo condiciones especiales o circunstancias particulares, como ejemplo: la escalada en roca a unos centímetros del piso (bulder) no se considera “deporte extremo” pero si se realiza en una pared vertical rocosa a varios cientos de metros sobre el suelo entonces sí se le aplica el término.
Hay que recordar que prácticamente cualquier persona puede hacer “deporte extremo” siempre y cuando sea su primera vez. Por ejemplo, el descenso de un río de clase IV es bastante extremo para quienes nunca se habían subido a una balsa y lo sentirá muy por encima de sus capacidades personales. El hecho de salir vivo de esta experiencia, le hará pensar que es un buen deportista mientras que su guía queda relegado a un último plano, cuando es él quien ha solucionado la gran mayoría de los problemas y solucionado el mismo descenso.
El término “deporte extremo” no es adecuado a quienes practican una actividad recreativa ni recreativa o turismo alternativo ni tampoco debe estar definida por el medio ambiente cuya apreciación puede ser subjetiva, dependiendo del grado de preparación. En cambio, el término puede aplicarse a todos aquellos deportistas que están practicando su deporte en los límites actuales de desarrollo, sean montañistas, atletas, gimnastas o cualquier otro. Sin embargo, no parece que el término vaya a ser eliminado (pese a la falta de lógica) de su actual connotación que es del agrado del público y de los comercializadores de bebidas, alimentos, complementos alimenticios o incluso con el consumo de tabaco.
Actualmente, en algunos países se empieza a utilizarse el término “deporte de aventura”, que se refiere a las personas que practican deportes de más alto riesgo de lo normal sin ser profesionales. Un ejemplo de esto es la diferencia que existe entre “espeleología” y “espeleísmo”: el primero se refiere a una actividad científica, mientras que el segundo hace referencia a aquellas personas que lo realizan solo por emoción o deporte alterno.
Hay que recordar que prácticamente cualquier persona puede hacer “deporte extremo” siempre y cuando sea su primera vez. Por ejemplo, el descenso de un río de clase IV es bastante extremo para quienes nunca se habían subido a una balsa y lo sentirá muy por encima de sus capacidades personales. El hecho de salir vivo de esta experiencia, le hará pensar que es un buen deportista mientras que su guía queda relegado a un último plano, cuando es él quien ha solucionado la gran mayoría de los problemas y solucionado el mismo descenso.
El término “deporte extremo” no es adecuado a quienes practican una actividad recreativa ni recreativa o turismo alternativo ni tampoco debe estar definida por el medio ambiente cuya apreciación puede ser subjetiva, dependiendo del grado de preparación. En cambio, el término puede aplicarse a todos aquellos deportistas que están practicando su deporte en los límites actuales de desarrollo, sean montañistas, atletas, gimnastas o cualquier otro. Sin embargo, no parece que el término vaya a ser eliminado (pese a la falta de lógica) de su actual connotación que es del agrado del público y de los comercializadores de bebidas, alimentos, complementos alimenticios o incluso con el consumo de tabaco.
Actualmente, en algunos países se empieza a utilizarse el término “deporte de aventura”, que se refiere a las personas que practican deportes de más alto riesgo de lo normal sin ser profesionales. Un ejemplo de esto es la diferencia que existe entre “espeleología” y “espeleísmo”: el primero se refiere a una actividad científica, mientras que el segundo hace referencia a aquellas personas que lo realizan solo por emoción o deporte alterno.
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