EL CLIMA

lunes, 29 de marzo de 2010

EL TOMATE







Los tomates secos¿Resurge una necesidad en Argentina, una moda o una vieja nostalgia…? Los tres motivos son plausibles. Los corrales aislaron a una gran parte de la sociedad en la austeridad más absoluta, y las comunes latas de tomates sufrieron la soledad de los estantes. Y los purés… algunos coloridos o coloreados y con abundantes espesantes. Los precios… hacer una salsa familiar puede costarle su jornal.
Para los más adinerados, puede representar una moda: un sándwich, de lo que sea, coronado con medio tomate seco en aceite de oliva, es la más solemne ostentación del hombre que no se hizo engañar por los bancos.
Para otros, la vieja nostalgia vuelve sin que un burgués lo tilde de tano o gallego miserable… al contrario, aquellas viejas usanzas, tradiciones imperdibles en los tiempos de sus otrora pobres tierras de origen, empiezan a renovarse, y no por aquellos mismos que ya no están la mayor parte, sí por los hijos y los nietos que me piden que aclare sus recuerdos, cuando chicos asistían al secado de los tomates o a la labor de envasar salsa para el invierno.
Pido disculpa... Los grandes platos, los más simples, los más sabrosos, los más genuinos, los más económicos, siempre nacen de la necesidad.

IngredientesCalcular 10 kilos de tomates frescos de buena calidad y menos acuosos posible, por cada kilo de tomates secos obtenidos. Sal. Especias, aceite, envases herméticos.PreparaciónPoner a remojo un tiempito los tomates en abundante agua, para remover los pesticidas “supuestos” por nosotros. Lavar y enjuagar bien. Cortar por la mitad los tomates, escurrir el exceso de jugo y eliminar la semilla con una cucharita o punta de cuchillo.
Ponerlos corte abajo, aplastándolos ligeramente, sobre un telar formado de malla de acero, alambre galvanizado, chapa de acero inoxidable calada, en fin, lo que permite su vecina oficina de bromatología. Yo preferiría los prácticos telares de la abuela hechos todos de madera.
Mostrar ya los telares cubiertos con los tomates a los rayos calientes del lugar donde vive: éste es de extrema importancia. No intente secar tomates en Mar del Plata o Buenos Aires, seguramente se le van a podrir. El lugar tiene que ser de poca humedad y calor seco. Mendoza, San Juan, La Rioja... tierras del buen tomate, las uvas, los olivos, el algarrobo, sustanciosos vinos, se prestan para esta labor. Después de unas cuantas horas de drenaje boca abajo, darlos vuelta y salarlos con sal entrefina.
Mantenerlos al sol con el telar apoyado sobre caballetes a un metro de altura para que el tomate reciba la suficiente aeración y así evitar condensación.
Retirarlos cuando empiezan a alargarse las sombras de la tarde. Seguir exponiéndolos al sol a media mañana, los días sucesivos y necesarios para que queden bien secos. Se calcula una semana. Durante el proceso de exposición y secado es conveniente cubrirlos con un voile o algo similar para evitar el contacto de insectos detestables.
Luego de esta paciente dedicación, los tomates están listos para ser envasados. Pueden condimentarlos con ají molido y orégano, introducirlos en frascos esterilizados o cubrirlos con buen aceite, no necesariamente de oliva, dada la coyuntura actual.Si Usted leyendo estas líneas ha pensado en montar una emprendimiento familiar, el proceso puede cambiar un poco… Evidentemente tiene que hacer una selección previa de los tomates: tamaño, madurez, calidad. El precio final de venta también variará. Los tomates secados, nuevamente vendrán lavados en agua con algún ‘polvito’ especial para darle color vivaz, buena conservación, uniformidad de salinidad y finalmente puestos nuevamente en telares, vienen deshidratados en hornos especiales.
El extracto de tomateSimplemente se pasan a cedazo los tomates secados al sol, todavía con una cierta humedad, obteniendo una salsa espesa que puesta en pequeña tabla o plato grande y playo de madera dura, vienen expuesto al sol por varios días más, removiéndolo con una cuchara de madera para que se seque uniformemente volviéndose de un color rojo oscuro. Se conserva en frascos cubierto con aceite de oliva, perdón, o aceite asequible a su economía.
En otros tiempos cuando no existía el cierre hermético, los recipientes de arcilla o vidrio se cerraban con hojas de higo y se sellaban con papel tipo pergamino atado alrededor de la boca con decorativas cintas de color.
Un peceto a la húngara o un gulash adquieren un sabor muy especial con la adicción de extracto, así también una salsa a la boloñesa, que es como se debe hacer, si se emplea para condimentar solamente espaguetis. También ciertos rellenos y guisos donde debe sentirse el sabor del tomate sin que sean jugosos.
Y finalmente, puede hacerse una salsa de tomate solamente con extracto. Mi buena madre la hacía en tiempos en que las bombas arrasaban con todo lo encontraban parado. No me gustaba.
La salsa de tomatesLa salsa de tomates se prepara en pleno verano, cuando los tomates abundan y están en su mejor momento de maduración y por ende su precio es asequible. La cantidad para preparar generalmente es grande: es la necesaria y más que suficiente para que dure todo el invierno. El utensilio de cocina que se necesita es un pasa-verdura con moldes intercambiables, unos de los cuales es apto para pasar tomates, de agujeros chicos, para que solamente filtre la pulpa, quedando las semillas y la piel en el fondo para luego ser descartadas al punto que se vaya acumulando en demasía.
Este es un crucial momento: todos los miembros de la familia que alegremente lo segundaban, desaparecen como por arte de magia. Lo ideal es poseer una máquina pasa-tomates eléctrica. Entonces no sufrirá la soledad de esta extenuante labor.
Las ollas en donde se hierven los tomates y salsa deben ser se acero inoxidable o esmaltadas. Evitar las que están hechas de cobre o aluminio: estos metales interactúan con la sal o los ácidos del tomate.IngredientesTomates maduros, albahaca, sal, cebollas. Aceite.PreparaciónPoner a remojo los tomates y lavarlos bien para desprender eventuales pesticidas. Limpios del cabito, cortarlos en mitades o cuartos, depende del tamaño, y colocarlos en una olla grande, preferiblemente de acero inoxidable y apta para el mechero más grande de su cocina. Agregar algo de agua, alguna cebolla cortada en cuartos y hojas de albahaca. Llevar a la ebullición y dejar cocinar el tiempo necesario para que los tomates se ablanden del todo. Sacar del fuego y dejar entibiar.
Poner mano a su pasa-tomate manual o eléctrica y acumular la “passata” en otra olla de acero. La notará muy acuosa, así que tiene que ser puesta nuevamente al fuego moderado, para espesarla al punto justo. Salar a gusto, si le parece. Es preferible que tenga buena densidad: ahorrará un gran número de envases y la salsa resultará más rica.Lograda esta segunda etapa es ahora el turno de envasar. Los frascos, de vidrio, y las tapas o cierres, aun recuperados, deben estar en óptimas condiciones, perfectamente limpios y esterilizados. Pueden usarse botellas de sidra con corchos nuevos. Pero son preferibles envases de alrededor medio litro, o menos, para emplear en su momento toda la salsa que contengan. El rellenado de los envase puede hacerse con la ayuda de un embudo.
Rellenados todos los frascos y frasquitos, agregando hojas de albahaca frescas y limpias, que Ud. pudo trabajosamente juntar se pasa a la esterilización. Si esta operación tiene que hacerla en su cocina, consiga la olla más grande del mundo, coloque una bolsa arpillera, o media si es demasiado voluminosa, en su fondo y vaya acomodando los frascos, o botellas, intercalando pedazo de la misma arpillera. Esto es para evitar que los frascos estén a contacto entre ellos cuando el agua hierve. Llenar de agua hasta cubrir los envases y darle fuego hasta llevar el agua a la ebullición y desde aquí moderadamente dejar hervir una hora. Apagar el fuego y dejar enfriar completamente.
Recuperar todos los frascos, escurrirlos y dejarlos secar. Guardarlos entonces en un lugar fresco y oscuro, que puede ser bien un armario del cuarto contiguo a su cocina.Si ha decidido ser más campestre, puede usar unos de estos bidones de 200 litros o un medio, según la cantidad de envases a esterilizar. Ponerlo entre una hilera de ladrillos, o piedras grandes, rellenarlo con los envases, siempre con al fondo una arpillera y trozos entre la mismas entre ellos envases. Llene de agua y encienda un fuego con leña debajo. Alimentarlo hasta la ebullición y por una hora más de hervido. Suspender el fuego y deja enfriar 24 horas. Sacar, escurrir, secar y guardar, como sugerido, el esforzado producto de su labor.
.Las precauciones para el empleoGeneralmente no hay peligro de intoxicarse… Pero siempre en el momento decisivo de emplear la salsa, tenga el cuidado de comprobar si el cierre está perfecto, si hay pérdidas de la misma a través la tapa, si al abrir el envase hay moho en la superficie o alrededor de la boca del frasco o botella, si al abrir el envase hay salida de líquido por presión acumulada en su interior, si el olor es desagradable... en fin siempre puede asegurar su vida llevando un frasquito de muestra a la oficina de bromatología o laboratorio de análisis de alimentos.

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