Cuando pasas mucho tiempo en la ducha o en algún entorno húmedo todos hemos experimentado que nuestros dedos de las manos y los pies se arrugan, aunque para algunos resulta un hecho incomodo creo debemos estar agradecidos porque lo que la evolución de forma inteligente ha hecho en nosotros.
Por mucho tiempo los científicos pensaron que los dedos se arrugan a consecuencia de la ósmosis, es decir, el movimiento espontáneo de los fluidos a ambos lados de una membrana, en este caso las células de nuestro cuerpo lo que hacían era intentar igualar las concentraciones en todos los lados provocando que se arrugaran los dedos.
Aunque la teoría era correcta, la excepción de la regla era el por qué sólo los dedos eran los que se arrugaban y no toda la piel. Y también otro caso muy concreto, Por qué algunas personas experimenta que solo en algunos dedos en concreto se les arruga.
Pero ahora parece haber una explicación, ya que científicos han encontrado una teoría mucho más coherente que explicaría el porqué de estas variaciones y el tema se llama: Evolución.
Se ha comprobado que todo esto es solo una simple respuesta del sistema nervioso a la humedad prolongada.
En personas que tienen una lesión en algún nervio de la mano, provocando que algunos de sus dedos no tuvieran sensibilidad, se encontró que cuando eran sometidos a la humedad no todos sus dedos se arrugaban, es decir, solo aquellos donde tenían sensibilidad pasaba este efecto.
La conclusión a la que se ha llegado es que esto es una ventaja evolutiva que nos permite, en entornos húmedos, poder agarrar mejor las cosas, para evitar que las cosas se nos caigan de las manos.
Es decir, nuestros dedos harían la misma función que hoy tienen las líneas y formas de las llantas de los automóviles, que en movimiento y terreno húmedo el agarre al piso se conserve gracias a estas pequeñas grecas.
La única desventaja que se encuentra es que cuando se activa este sistema en nuestros dedos nos hace perder sensibilidad, una pequeña desventaja frente a todo lo que podríamos ganar.
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