EL CLIMA
miércoles, 31 de octubre de 2012
ROBESPIERRE
Maximilien François Marie Isidore de Robespierre1 (Arras, 6 de mayo de 1758 – París, 28 de julio de 1794), mejor conocido como Maximilien Robespierre2 fue un abogado, escritor, orador y político francés apodado «el Incorruptible». Fue uno de los más prominentes líderes de la Revolución francesa, diputado, presidente por dos veces de la Convención Nacional, miembro del Comité de Salvación Pública, entidad esta última que gobernó de facto durante el periodo revolucionario conocido como el Terror, y líder indiscutible de la facción más radical de los jacobinos.
Robespierre, jurista de profesión, inicio su carrera como juez criminal de la diócesis de Arras,3 además de ejercer como defensor legal, especialmente de los sectores más desposeidos, lo cual, junto con su entonces fuerte oposición a la pena de muerte y la notoriedad que acumuló como escritor, lo convirtieron en uno de los más notorios abogados de Arras. Su notoriedad pronto lo conllevó a la política, resultando electo diputado por el Tercer Estado en los Estados Generales en 1789, encarrilándose desde entonces en un inminente ascenso político, hasta alcanzar la presidencia de la Convención Nacional y transformarse en uno de los más poderosos líderes de la Revolución.
Entre 1793 a 1794, lideró el denominado «Reino del Terror», durante el cual gobernó, de forma autocrática, a Francia, sumiendo al país en un período de persecuciones políticas, incertidumbre generalizada y continuas ejecuciones por traición, sedición, conspiración, entre muchos otros crímenes. Este periodo presentó a un Robespierre muy distinto al característico «Defensor del Pueblo», en su lugar, emergió un personaje firme, decidido, autoritario y decidido a purificar a Francia de cualquier opositor a la Revolución, justificando el uso de la Pena de Muerte a la que tanto se había opuesto en el pasado.
Finalmente, tras que el mismo Robespierre, incentivara la muerte de Georges Danton, ello acaba desecadenando una serie de divisiones políticas dentro de la Convención Nacional, ante lo cual, Robespierre, reacciona redireccionando cada vez más poder de gobierno hacia el Comité de Salvación Pública, lo cual, sólo agrava aún más la situación, generando finalmente que un cuerpo de soldados opuestos a sus políticas, tomaran el Ayuntamiento de París, donde él y varios de sus allegados y seguidores se encontraban, siendo herido en la mandíbula en circunstancias inciertas. Finalmente es arrestado y guillotinado el 28 de julio de 1794 (10 de Termidor) junto a 21 de sus seguidores.
Robespierre acabó sucumbiendo a su «caída política», ocasionada por la propia inestabilidad que él mismo había generado, siendo así, consumido por las circunstancias por él desencadenadas. Su muerte fue seguida de una «reacción termidoriana», que desmanteló el régimen del Terror e hizo añicos el gobierno puramente revolucionario, estableciéndose en su reemplazo el Directorio, de carácter más conservador.
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