EL CLIMA

domingo, 22 de julio de 2012

DE YAPA FARANDULA ARGENTINA


¿La fortuna de los Caniggia es un fraude?

Llevan una vida de multimillonarios colmada de extroardinarios gastos

pero perderán dos departamentos en Miami por falta de pago

de expensas

El clan Canigia es el prototipo de la vida lujosa y la ostentación de bienes. Cada día, los medios hacen eco de sus extraordinarios gastos en ropa, zapatos y champán e inclusive tienen guardaespaldas que los acompañan en todo momento.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, y al parecer, la realidad es otra. Según una investigación del Diario Crónica, Claudio "Pájaro" Caniggia, Mariana Nannis y sus hijos Charlotte, Alexander y Axel, no tendrían un pasar económico tan afortunado sino que pasarían por una crisis económica.

En su momento, Caniggia ganó mucho dinero como jugador de fútbol pero esa fortuna se habría ido desvaneciendo con el derroche de dinero que fue realizando su mujer.
La situación es tal, que ahora estarían a punto de a perder dos departamentos en Miami, valuados en 180 mil dólares cada uno, por no pagar las expensas.

"En la Avenida Collins 5225 de Miami se encuentra un condominio bautizado por los lugareños como la 'Casa Rosada'. Allí, hace 17 años atrás, los Caniggia adquirieron dos departamentos modestos con una decoración modesta y pocos metros cuadrados (...).Los inmuebles se encuentran en medio de un proceso hipotecario por falta de pago de las expensas comunes del edificio", informó el periódico.

Además los vecinos de la zona también los criticaron:

"En este lugar, nadie los quiere. Cuando se mudaron de este lugar, la verdad es que muchos sentimos alegría. Tiempo atrás, llegaron con sus hijos recién nacidos, Nannis se mostraba con aires de diva y contrataba una limousine que en ese entonces costaba 100 dólares", contó Susan, una vecina.

"Claudio es un pobre tipo, un dominado que viene de vez en cuando. En cuanto a ella, la recuerdan porque era una ridícula que con 34 grados usaba unas botas para cubrir sus horribles piernas", destacó Carlos, otro vecino.

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