Se escribe en prosa o verso o alternando ambas formas (sátira menipea).
Estrictamente la sátira es un género literario, pero también la encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.1 Aunque en principio la sátira está pensada para la diversión, su propósito principal no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.
Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica. Lo esencial, sin embargo, es que "en la sátira la ironía sea militante".2 La ironía militante a menudo declara abiertamente que acepta las situaciones que son blanco del ataque de la sátira.Surge en Grecia con los yambógrafos Semónides de Amorgos y Arquíloco de Paros principalmente, aunque también el comediógrafo Aristófanes la incluyó en sus obras, y se acercaron a ella el poeta Bión y filósofos de Escuela cínica como Menipo de Gadara a través del género literario de la diatriba o discurso violento e injurioso para criticar personas o acontecimientos desde el punto de vista moral. Luciano de Samosata dio un gran impulso al género a través de sus diálogos (Diálogos de los muertos, Diálogos de los Dioses, Diálogos de meretrices...) que admiten la sátira como elemento fundamental en su fuente, estructura e intención; sin embargo, el género se desarrolla fundamentalmente en Roma (Ennio, Lucilio, Varrón, Catulo, Horacio, Juvenal, Persio, Marcial, por orden cronológico). Tanto es así, que Marco Fabio Quintiliano consideraba a la sátira como un género completamente romano (Institutiones X, 1, 9: «satura quidem tota nostra est». Así pues, se trata de una composición extensa con la que se critican o ridiculizan vicios humanos. Puede adoptar las formas más diversas, desde la invectiva, el diálogo, la prosa, el verso, el epigrama, el artículo periodístico...La sátira se suele valer del humor, de la anécdota y del ingenio para ridiculizar defectos sociales o individuales, efectuando así una crítica social; a veces adopta para ello la forma más concentrada del epigrama, que expresa un solo concepto y un único tema de burla; por el contrario, la sátira suele ser mucho más extensa y prolija. Existe una gran variedad de temas, desarrollos y tonos, pero son recursos habituales en la sátira:
La reducción de alguna cosa para hacerla parecer ridícula, o examinarla en detalle para hacer destacar sus defectos.
La exageración o hipérbole: se toma una situación real y se la exagera hasta tal punto que se convierte en ridícula. La caricatura utiliza esta técnica.
La yuxtaposición que compara cosas disímiles: el ayer y el hoy, la juventud y la vejez, etcétera, de forma que una adquiere menor importancia.
La parodia o imitación burlesca de las técnicas o estilo de una persona, de forma que se vea ridiculizada. Este genero literario.
La sátira en síntesis es una composición literaria en la que se realiza una crítica de las costumbres y de las conductas deshonestas de individuos o grupos sociales, con un fin moralizador, burlesco o de simple diversión. En ella, los personajes están presentados como seres de carne y hueso no como tipos.Los filósofos griegos ya habían escrito sermones morales o diatribas que tenían el contenido satírico de atacar vicios morales o sociales: Epicteto, Bión de Borístenes, Menipo y Luciano de Samosata; estos autores inspiraron con frecuencia la sátira, tan característica de la literatura latina, ya que fue en Roma donde experimentó un fuerte desarrollo y popularidad; «satura» en latín significa una especie de macedonia u olla podrida de diversos y muy diversos elementos, por lo que es fácil acoger contenidos y formas satíricas en otros géneros. De hecho, se encuentra sátira en algunos "sermones" de Horacio o «sátiras» de Persio y de Juvenal, ciertos «carmina» o poemas de Catulo o los «epigramas» de Marcial, pero incluso en ciertos pasajes de Séneca (por ejemplo en el pasaje sobre el embarazo de Roma en la Cartas a Lucilio (VI, 56), etc. La noción de género literario sería, pues, inadecuada y habría que hablar más bien de registro. Pero, en cuanto a género literario codificado, debe atribuirse su invención a Lucilio, de cuya obra sólo quedan algunos fragmentos de variable extensión, y apareció en el II siglo a. C. entre los latinos.
Los principales autores de sátiras en la literatura latina son:
Lucilio, cuya obra se ha conservado de forma fragmentaria, pero al cual aluden numerosos poetas que cultivaron el género.
Varrón, autor de sátiras menipeas, clase espeial de sátira reconocible por su mezcla de verso y prosa, y explícitamente colocada en la perspectiva de una herencia griega, puesto que hacen referencia a Menipo de Gádara, filósofo cínico griego del siglo segundo a. C.
Horacio, quien, con sus sermones o conversaciones hizo de la sátira un género amable entreverado de algunas críticas y sentencias.
Persio, de estilo obscuro y de contenido influido por el Estoicismo.
Séneca, que empapa sus textos de filosofía moral y de anécdotas picantes y propiamente satíricas, pero también como probable autor de una sátira menipea, La Apocoloquintosis (calabazificación) del divino Claudio.
Juvenal, quien contaminó con un ácido y amargado humor sus propósitos morales atacando a la sociedad en todos sus vicios: tiranía, perversidad femenina, supersticiones, privilegios...
Petronio consagró una sátira menipea extensa a criticar la sociedad en tiempos del emperador Nerón en forma de novela, su Satyricon, de la que sólo han subsistido algunos fragmentos.
Marcial escribió solamente epigramas, donde atacó el lujo desordenado, la ambición y la hipocresía en la Roma de los emperadores Flavios.
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