EL CLIMA

viernes, 18 de mayo de 2012

UNA DE GRITONES



AZUL GOLOSINA

Las personas que hablan a gritos

Me molesta soberanamente. Si no hay medio-sordos en la conversación... ¿para qué gritar tanto? ¿Para que se enteren los demás? Bueno, es que, en realidad, a los demás les importa un pimiento... siento ser portadora de esta noticia, pero así es...

Y eso en Málaga es el pan nuestro de cada día. Hasta en las salas de espera de los ambulatorios. Y lo llevo... mal, mal, mal, mal... bueh, decir mal es decir poco.



Para colmo, en esta casa me ha tocado aguantar 2 exponentes no ya de gritones, sino de gritones maleducados, que ya es el colmo. Porque sí: hay gente que habla a gritos porque es a lo que está acostumbrado, lo que le han enseñado, lo que hace todo el mundo en su entorno... y cuando se relaciona en otros ámbitos, o cuando les haces notar que pueden molestar, habla con normalidad.
Pero hay quien no: en el piso de al lado, siendo las paredes de papel de fumar y estando separados por una de esas paredes su comedor y nuestra habitación, hubo una familia que venía ocasionalmente, pero cuando venía era insufrible: hablaban PERMANENTEMENTE a gritos. Ellos, los niños y las visitas. Y cuando discutían ya es que se enteraban hasta 3 pisos más abajo. Y eran parlanchines. Y trasnochadores. Insufrible. Fue una época en que creí volverme loca, les deseé lo peor: sacaron lo peor de mí. Además, por la medicación NECESITO dormir, y no poder, estar agotada, aguantando dolores... No sé si os imagináis en el punto que te pone. Fui a hablar con ellos, pedirles por favor que no hablaran tan alto, y no sólo se cabrearon, sino que me amenazaron. A partir de ahí, llevé el asunto con ayuda de policía, comunidad... y nada: ellos nos amenazaron (directamente y a través de "mensajes" a la chica de administración de la comunidad), se dedicaron a llamar a nuestro timbre cada vez que pasaban o cuando se aburrían, hablaban aún más alto y ponían la música aún más alta (reaggeton, por Om!), decían que era racismo (eran colombianos: con la palabra racismo se les abren las puertas que es un primor)... hasta vinieron a exigirme que dejara de molestarles con mis quejas. Cuando terminéis de reír, continuamos.
Bueno, Dios y el señor embargador me han quitado esta cruz de encima.

Y ahora, cuando estaba encantada porque iba a tener un veranito sin voces, resulta que retoman la obra del edificio de enfrente (abandonada desde hace unos años). Y hay ruidos de obra de 8 de la mañana a 6 de la tarde, parando de 2 a 3 o así. Y hay mugre y polvo por todas partes: terraza, coches... con la fresquita que está cayendo, como se te ocurra abrir la ventana en horario de obra, se te llena la casa de polvo. Eso en un 8º: no quiero pensar en los del 2º. Pero eso no es lo peor. Es incómodo, pero soportable. Lo peor es un obrero que tienen, que al nacer, en lugar de darle un azote seguro que le tuvieron que pegar dos hostias para que callara. No sólo porque hable alto (que sí, lo hace, permanentemente, a todas horas, con frases cortas o largas, y cuando no tienen nada que decir, pues canta: desde el toro enamorado de la luna hasta sevillanas: un repertorio digno de Radiolé): es que habla alto pero con una voz aguda, de pito, de esas que se te meten en el cerebro y dan vueltas y vueltas... yo creo que es el hermano pobre de Terelu. Bueno, pues en lugar de hacer como otras vecinas, que le gritan desde la ventana "cállate de una vez, todos los putos días igual..." pues he optado por la burocracia, y así me va: he ido a hablar con el jefe de obra, con los propios obreros, he llamado a la constructora... Nada. El tío además se encabrona y lo hace más, y más alto. En mi caso, porque necesito dormir (y dejar de oír esa puta vocecita), pero ¿y el currito que se ha pasado todo el santo año amargao, que tiene sus 15 días de vacaciones, se viene aquí a descansar, y se encuentra este panorama? Yo no entiendo cómo el jilguero éste sigue vivo. En serio. Si a éste tío, en sus vacaciones, le hacen algo así, estoy convencido de que no se queda parado. Pero cuando nos quejamos los demás, le molesta. Y se pone chulo: eso es lo mejor. Y bueno, supongo que en este caso no me acusarán de racismo. Aunque no descarto estar cometiendo homofobia. Con esa voce-ci-ta...
En fin... no sé cómo se combaten estas cosas, pero si alguien tiene una idea, que me lo diga.
La opción "liarme a garrotazos hasta dejarle afónico" está admitida en caso extremo.

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