EL CLIMA

miércoles, 2 de mayo de 2012

SEXUALIDAD

Durante la relación sexual, la mujer siente una mayor necesidad de expresarse. En los momentos culminantes del placer la mujer irrumpe en gemidos o quejidos. Ella requiere más palabras del hombre, mientras que él no habla demasiado durante la relación sexual.

La mujer no eyacula, se lubrica, el hombre si.

Ella para lograr la excitación, necesita que llegue a la zona pélvica cinco veces más de sangre, que la que necesita el hombre para la erección.

Al hombre fantesea para alcanzar la excitación, ella en cambio, pueden gozar de la situación al mismo tiempo que habla de otras cosas que no tienen que ver con el momento, lo que suele irritar a los hombres.

El estado de ánimo del varón esta muy relacionado con la excitación conseguida. Un hombre puede estar enfadado, incluso molesto con su mujer, pero cambia y se anima cuando advierte la posibilidad de una relación sexual. Para la mujer esto resulta muy molesto, ella para excitarse, necesita estar relajada. Lo contrario le resultará muy difícil.

Para el hombre, el ambiente no es muy importante en la relación sexual, simplemente se excita ante los estímulos. En cambio para la mujer si influye mucho el ambiente, las circunstancias... las cuales deben ser lo más agradables posible.

Al hombre le gusta más mirar, por lo que prefiere hacer el amor con la luz encendida o a media luz, en cambio ella se inclina más hacia los estímulos auditivos y táctiles, los cuales requieren una actitud positiva por parte del varón. La mujer agradece la luz apagada, así como las buenas palabras y las caricias tiernas, no exigentes.

Al hombre le encantan las caricias genitales desde el primer momento. Mientras que a la mujer no le interesan las caricias genitales al principio. La excitación inicial se logra mejor con caricias en cualquier otra parte del cuerpo (preguntar a su pareja qué es lo que prefiere), con buenas dosis de respeto y sin prisas.

Una mujer agradece las caricias genitales cuando está a punto de llegar a la fase de meseta, pero no antes.

A él le gusta la variación, busca incrementar su excitación haciendo cambios (de posición, de caricia...). durante la fase de meseta. La mujer una vez que llega a esta fase, tiene un interés prioritario por llegar al orgasmo. Considera más interesante un tipo de caricia sostenido y continuo que la lleve al orgasmo, que algunas variaciones, ya que corre el riesgo de perder excitación en los momentos de cambio.

Finalmente y por lo regular, quien más necesita de un descanso después de haber terminado la relación sexual es el hombre, mientras que la mujer puede continuar el momento con una plática y alguna que otra caricia, sin necesidad de que esto conlleve nuevamente a otro acto sexual.

Para el hombre una vez que eyacula, es muy complicado que en poco tiempo vuelva a retomar fuerzas para continuar con el acto, caso contrario a la mujer.

Quizas a algunas mujeres les molesta mucho cuando su pareja inmediatamente después de hacer el amor se quedan dormidos, sin embargo esta situación es muy normal y compresible, sobre todo cuando ella sabe de atemano todo el proceso por el cual pasa él, así que lo mejor es entenderse y saberse coordinar, logrando para ambos una experiencia sumamente agradable.

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