ROBINSON CRUSOE
Robinson Crusoe es la obra más famosa de Daniel Defoe, publicada en 1719 y considerada la primera novela inglesa. Se trata de una autobiografía ficticia del protagonista, un náufrago inglés que pasa 28 años en una remota isla tropical. La historia probablemente tuvo como inspiración hechos reales ocurridos a Pedro Serrano y Alexander Selkirk, a partir de donde construiría, con una trama sencilla y auténtica, un símbolo del colonialismo, del hombre perfecto y de la moral suprema.
Robinson Crusoe es la clásica novela de aventuras por antonomasia. Aunque por lo general a esta obra se le conoce simplemente por el nombre del protagonista, el título original, tal como aparece en la portada de su primera edición es: «La vida e increíbles aventuras de Robinson Crusoe, de York, marinero, quien vivió ocho y veinte años completamente solo en una isla deshabitada en las Costas de América, cerca de la Desembocadura del Gran Río Orinoco; Habiendo sido arrastrado a la orilla tras un Naufragio, en el cual todos los Hombres murieron menos él. Con una Explicación de cómo al final fue insólitamente liberado por Piratas. Escrito por él mismo.»
Robinson Crusoe es un marinero de York que, en una expedición por África en barco, es capturado por unos piratas y se convierte en un esclavo. Consigue escapar y es ayudado por un capitán de marina portugués que se dirige a Brasil. El barco naufraga y es el único superviviente, logrando llegar a una isla en la que parece ser el único habitante. Como medio para sobrevivir, toma todas aquellas armas y provisiones del barco que necesita, a la espera de ser rescatado. Cuando por fin empieza a adaptarse a la soledad (gracias, entre otras cosas, a su conversión al cristianismo) e instalarse en la isla, descubre que no está solo en ella, ya que una tribu indígena caníbal reside allí. Crusoe inmediatamente considera a los indígenas como enemigos, y ayuda a escapar uno de sus prisioneros que estaba a punto de ser ejecutado. Como se han conocido un viernes, Crusoe le llama “Viernes” y forjan una sincera amistad, a pesar de que no coinciden ni en el idioma ni en la cultura. Juntos deciden ayudar a los demás prisioneros capturados por los indígenas, uno de los cuales es un español que también es un náufrago que aguarda la llegada de un barco.
Con este argumento, mil veces revisionado, constituye la forma más palpable de materializar la frase “La inteligencia es la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas”. En este sentido, resulta admirable el personaje creado por Defoe, en la medida que representa el perfecto colonialista británico, según los estudios posteriores del novelista James Joyce. Crusoe cree en la justicia suprema, posee unas creencias religiosas estables y coherentes, no siente tentaciones sexuales y que actúa según una eficiencia máxima. El hecho de que Crusoe enseñe a Viernes todo lo que sabe tiene indicios del imperalismo, del colonialismo cultural, dado que también le convierte al cristianismo y le expone las riquezas del mundo occidental. En ningún momento Crusoe se da por vencido, y mantiene una perspectiva optimista respecto a su futuro, mostrando en numerosas ocasiones su aprecio y afecto por Viernes, refiriéndose a él como su amigo.
A pesar de estar escrita en primera persona, el hecho de contar acontecimientos lejanos en el tiempo, hace que el estilo sea sencillo y poco dado a la subjetividad, dando más importancia a los sucesos que a los sentimientos del propio protagonista. Da la sensación de que Crusoe apenas pensaba: actuaba. Esto decrementa la verosimilitud del texto, presentando a un personaje beatificado y engrandecido por el relato. No obstante, llama la atención cuando Crusoe se autoproclama rey de la isla, entrando en unos matices políticos antes mencionados. Y también es curioso que, a pesar de que el marino toma dinero del barco, éste es completamente inútil en la isla, mientras que las herramientas y provisiones son tremendamente valiosas y fundamentales para su supervivencia en el lugar.
La influencia en obras y reflexiones posteriores ha sido inconmensurable, como en el caso del antes nombrado James Joyce, Karl Marx o el premio Nobel J. M. Coetzee, que realizó una revisitación de la trama.
Sobre todo por el argumento y por la forma en que éste está contado, de forma esquemática y con frecuentes (y agradecidas) elipsis, la lectura de Robinson Crusoe es de las más amenas que pueden encontrarse hoy en día, elevando su estátus a novela inmortal, ya que, a pesar de que han transcurrido casi 300 años, aún levanta pasiones y despierta un elevado interés en el lector, que sin duda la tendrá en cuenta como una de las mejores novelas de aventuras jamás escritas. Incluso se echa de menos una mayor extensión del texto, que hubiera profundizado más en el perfil psicológico del personaje y en su evolución humana en su estancia en la isla. Obra maestra indiscutible de la literatura universal, ideal para jóvenes por su logradísimo aspecto visual y por su capacidad de transportarles directamente a la isla. Al fin y al cabo, esa es una función vital de la literatura: transportar al lector al universo creado por el autor.
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