Se cree que la palabra mayólica deriva de Mallorca, la isla española situada en el Mediterráneo, que fue durante la Edad Media el centro de importación más importante de este tipo de cerámica hispano-morisca. Otro posible origen es como derivado de la palabra "Malica", nombre antiguo de Málaga, uno de los primeros pueblos de España en usar vidrio con estaño.1
La cerámica mayólica en España fue un hallazgo casual al intentar crear una porcelana similar a la elaborada en china con caolín.
En la ciudad italiana de Faenza, cerca de Rávena, evolucionó de manera especial obteniendo cerámica mayólica de gran perfección, hasta el punto que la palabra "fayenza" se convirtió en sinónimo de calidad superior. Esta ciudad tiene un museo internacional de cerámica.En Egipto y Siria se conocía una técnica similar desde muy antiguo. Posteriormente los alfareros la reinventaron para imitar las porcelanas chinas, tan apreciadas. Los árabes aprendieron a su vez de estas civilizaciones en el siglo X, y en el XIII ya la habían difundido por la Península Ibérica y Sicilia, de donde pasó a Italia.
Las primeras mayólicas se hicieron con una terracota amarillenta, cubierta de esmalte compuesto por una capa de pintura vidriada plúmbea mezclada con polvo de cuarzo.
Las cerámicas mayólicas producidas por los pueblos islámicos se decoraban con pigmentos compuestos de cobre o manganeso, según se quisiera dar un color verde o marrón.
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