Destinada a defender la puerta de San Antonio, fue edificada durante el reinado de Carlos V de Francia, de 1370 a 1383 por Hugo Aubriot con cuatro torres, siguiendo el modelo de la época; las otras torres fueron añadidas posteriormente. Medía 66 m de largo por 34 m de ancho y 24 m de altura al nivel de las torres, y estaba rodeada por fosos de 8 m de profundidad. Las ocho torres se llamaban Torre de Coin, de la Capilla, del Tesoro, de la Condesa, de la Bertraudiére, de la Basinière, del Pozo y de la Libertad (en francés Tours de Coin, de la Chapelle, du Trésor, de la Comté, de la Bertaudière, de la Basinière, du Puits yde la Liberté).
Su utilización militar resultó pronto insuficiente y se construyó un nuevo recinto. Se empleó entonces como fortín y lugar de recepción para Francisco I, antes de ser transformada en prisión del Estado por el Cardenal Richelieu.
La historia de la fortaleza de la Bastilla va unida a la de las Lettres de cachet, que eran cartas firmadas por el rey (o por sus ministros) que ordenaba ingresar en prisión sin juicio. Se trataba de una prisión confortable para las altas personalidades (aristócratas y burgueses), que disponían de verdaderos departamentos con servicio y buenas comidas. Sin embargo, existía una parte más convencional no tan agradable para los prisioneros comunes, y el edificio contaba también con celdas de castigo (pero no mazmorras) que servían de condena a los prisioneros insubordinados, como el famoso Latude.
Además se trataba de un pozo financiero. Louis XVI, que ya había clausurado la Torre de Vincennes, la quería destruir desde 1784. El pueblo no parece haber temido realmente al edificio, pero en vísperas de la Revolución francesa de 1789 los Cuadernos de quejas de la ciudad ya pedían su destrucción. Como toda fortaleza imponente, marcaba el paisaje y era un símbolo del poder del rey (como la Torre del Temple).
La Bastilla se empezó a demoler a partir del 16 de julio por un empresario privado que vendió gran parte de sus piedras como recuerdo (piedras esculpidas representando la Bastilla en miniatura). Incluso se transformó en objetos de piedad y de culto todo lo que se pudo recuperar de carpintería y hierros forjados de la vieja fortaleza. La mayor parte sirvió para construir el puente de la Concordia.
Plaza de la Bastilla
Desde el 16 de junio de 1792 se decidió que el lugar que ocupaba la Bastilla formaría una plaza llamada de la Libertad, y que una columna se levantaría en ese lugar. Palloy puso la primera piedra, pero la construcción no se llevó a cabo. Se instaló una fuente en 1793.
Napoleón, en sus proyectos de remodelización de París, propuso, en 1808 construir un monumento en forma de elefante. Debería medir 24 m. de alto y se utilizaría el bronce fundido de los cañones sustraídos a los españoles. Se podría acceder a su interior por una escalera situada en una de sus patas. Pero sólo se realizó una maqueta, a tamaño natural, en escayola. En la obra de Victor Hugo, Los miserables, se hace mención de la misma ya que la utilizó como refugio de Gavroche. Esta maqueta fue destruida en 1846.
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