Usherwood y su equipo grabaron los movimientos de 18 palomas en siete vuelos voluntarios tras nueve horas. Las palomas llevaban varios instrumentos: giroscopios, acelerómetros y sistemas de posicionamiento global.
Lo que hallaron fue que las palomas utilizaban mucha energía volando en grupos: sus moviemientos súbitos costaban energía y más aleteos.
“Lo que me parece muy interesante es que las palomas siguen aleteando a fuerzas de 2 G cuando cambian de dirección,” dijo Usherwood por correo electrónico. Usherwood también subraya semejanzas entre las palomas y los aviones: “La teoría convencional del cabeceo y guiñada en aviones mientras circulan también se vé en animales voladores.”
Geoffrey Spedding, profesor de ingeniería en la Univeridad del Sur de California, dice que todavía no hay necesidad aplicar estos resultados a la construcción de nuevos aviones.
“Los aviones de la naturaleza no son necesariamente mejores que los nuestros,” dijo Spedding, quien no fue involucrado con el estudio, por correo electrónico. “Si y cuando queremos construir estructuras flexibles controlables, y si y cuando decidimos que es buena idea tener alas que aletean, allí podríamos comparar de una manera significativo cómo se siente un acelerómetro en cada caso.”
Spedding señala que los movimientos en grupo de animales se han simulado con programas de computador muy primitivos. Los programas generan interacciónes entre ‘miembros’ que parecen inquietantemente similares a los moviemientos de animales. ‘Boids’ es un programa que utiliza solo trés reglas básicas para cada ‘miembro’: la separación para evitar hacinamiento, el alineamiento para dirigirse en cierta dirección, y la cohesión para agruparse cerca del centro de masa.
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