EL CLIMA

sábado, 4 de febrero de 2012

EMOCIONES INDECISION






Son muchas las personas para las que elegir se convierte en una gran fuente de angustia, incapaces de decidirse entre una cosa y otra. Una indecisión que viene motivada por diferentes razones: falta de seguridad en uno mismo, miedo a equivocarnos, temor a perder lo que tenemos…

En la antigüedad, la autoestima se asentaba en el hecho de pertenecer a una familia determinada. Actualmente, se mide por los logros profesionales, económicos, intelectuales o emocionales. De ahí que “cada una de las decisiones que se toman pone en juego la autoestima, y eso es difícil de asumir para quien no se quiere a sí mismo. Esta nueva forma de ser querido con relación al logro de competencias produce una gran angustia en muchas personas a la hora de decidir”, explica el psicólogo clínico Luis Muiño.

Por otra parte, la psicoterapeuta Graciela Moreschi atribuye la razón de tanto agobio a que “el indeciso cree que el secreto está en la decisión y no en cómo va a seguir el camino elegido. Por mi experiencia he visto que la indecisión suele ser un problema común en los obsesivos: se afanan por elegir lo mejor, sopesan los pros y contras de cada opción y, finalmente, cuanto más piensan en el tema, más se confunden y acaban dudando de todo”.

Como apuntaba Benjamín Franklin, “la peor decisión es la indecisión“. Quien pretende ver todo con claridad, antes de decidir, nunca decide. Y, sin embargo, como explica Moreschi, “la equivocación es parte de la vida y aprovecharla nos hace crecer. Hay una forma de transitar ese camino y es decidirse e ir corrigiendo, poco a poco, lo que no nos gusta”.

¿Que hacer?

1. Visualizar el futuro. Para que una situación se dé en la realidad es necesario que primero exista en nuestra mente. Por eso es importante imaginar qué pasaría si tomases una decisión determinada. Para ello ayuda hacer dos listas: una con lasventajas y otra con los inconvenientes. Después, contrástalas, valorando cuáles son nuestras prioridades, nuestros valores y los objetivos que se quieren alcanzar.
2.
Atreverse a tomar riesgos. Descubre la alegría que supone el lanzarse a aceptar desafíos… y ganar. Es muy positivo para la autoestima. Para lograrlo con éxito, la mejor manera de hacerlo es utilizar modelos. Toma como ejemplo a una persona que conozcas, a la que admires por su capacidad a arriesgarse y que te parezca un modelo de éxito y de voluntad. Y cada vez que debas tomar una decisión, pregúntate a ti mismo qué haría él.
3.
Consejos al entorno. Cuando se convive con un indeciso, la última cosa que se debe hacer es darle consejos. Si decides en su lugar, te hará responsable de las consecuencias. Otro error: reprochar su falta de acción, porque esto agravará la imagen negativa que tiene de sí mismo. Facilita el diálogo: ayúdale a expresar lo que le frena y le impide tomar una decisión; haz que se dé cuenta de que lo que va a perder si no se decide. Los indecisos suelen negarse a ver las consecuencias de su indecisión. Insístele en lo que pasará si no actúa.

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