Como mujeres este año hemos aprendido y avanzado en el conocimiento de la vida. Este año ha traído cosas buenas y no tan buenas… pero hemos reunido fuerzas para afrontar cada día con el conocimiento de que somos valiosas, somos fuertes y si nos lo proponemos el año 2012 puede ser mucho más feliz para nosotras. ¡Feliz año nuevo!
En pocas horas estaremos finalizando el año 2011, 365 días de cambios, crecimientos, de caernos, levantarnos, llorar y sonreír, hoy al despedir este año que se va a formar parte del pasado, dejemos en ese pasado lo que en algunos de los casos va empapado por un torrente de lágrimas de dolor, de sufrimiento, dejando en nuestros corazones imperecederas memorias de quienes ya no están con nosotros, pero también empapado con lágrimas de alegría de superación de problemas de salud, económicos y de eventos que escapan a nuestro control.
Esta noche, con las doce campanadas que nos anuncian el final de un año más, vaciemos nuestras alforjas del dolor, la tristeza, de sueños rotos y desencantos, de ilusiones concebidas en la fantasía y que muchas veces nos llevaron a un brutal despertar a la realidad que no podemos cambiar, pero que nos hizo crecer, madurar y estar más seguras de lo que queremos.
Renovemos nuestra fe y esperanza en Dios omnipotente, pidámosle que se quede en cada corazón, para conocer la compasión y el amor a nuestro prójimo.
Recibamos este año que se aproxima, vistiendo nuestro mejor traje de optimismo y entusiasmo, de confianza en nosotras mismas, sin pensar en sueños y anhelos que no se concretaron, pero que se han quedado suspendidos en un espacio de un despertar de un mañana mejor, porque sólo podemos soñar si estamos despiertas a la vida que nos ofrece sus encantos y sus maravillas, sin olvidarnos que cuando hacemos el bien, este se nos regresa con grandes destellos.
Hemos puesto nuestro esfuerzo por nuestros logros, por superarnos como mujeres, como madres, como hijas, hermanas y como amigas, pero no siempre las cosas salen como queremos, ni cuando las queremos, porque Dios es dueño de nuestro tiempo, muchas puertas se nos cierran, pero muchas otras se nos abren, no importa cuantas veces nos equivoquemos, un error no hace indigno a ningún ser humano.
El año 2011 se marcha para no volver, cuando la ultima campanada nos anuncie que se va, envía con él los fantasmas del sufrimiento, del dolor de las frustraciones y recibamos con jubilo el 2012, con un corazón limpio, renovado, con una profunda plegaria al hacedor del mundo por un mañana mejor, teniendo siempre en mente cuanto valemos como mujeres, como seres humanos y siempre luchado por ser mejores personas cada día.
Muchas son las mujeres y algunos hombres que han tocado a las puertas de Toda Mujer es Bella, pero siempre ha estado un corazón de mujer a la vanguardia para abrirla de par en par; gracias Shoshan, gracias por estos 365 días que hoy llegan a su final, por tu abrigo, por el refugio que nos brindaste durante todo un año, y por lo que nos vas a seguir brindando durante los años por venir. GRACIAS Shoshan, por tu amor desinteresado, por tu lucha y sacrificio, sé que trabajamos con un común denominador, gracias por permitirme estar, gracias en nombre de todas nuestras amigas, mujeres bellas que encuentran cariño y comprensión bajo la sombra de este nuestro cielo raso, para curar sus corazones heridos, o para compartir con nosotras una sonrisa, mujeres que se acercan a este nuestro portal de amor desde los 4 puntos cardinales.
Antes de concluir este año, les envío a todas nuestro más profundo agradecimiento, por habernos permitido recorrer con ustedes los corredores de este nuestro segundo hogar, gracias por permitir que nuestras palabras hagan eco en sus corazones, gracias por un año más en el que hemos aprendido juntas, en el que hemos unido nuestras lagrimas, el cariño y nuestras sonrisas.
Alcemos nuestra copa rebosante de amor, fe y esperanza en Dios y brindemos por lo que tenemos, por lo que somos y por lo que seremos, estaremos unidas en este año que ahora comienza y recuerden “hoy estoy, mañana estaré y mientras Dios me lo permita aquí estaré”.
Esta noche, con las doce campanadas que nos anuncian el final de un año más, vaciemos nuestras alforjas del dolor, la tristeza, de sueños rotos y desencantos, de ilusiones concebidas en la fantasía y que muchas veces nos llevaron a un brutal despertar a la realidad que no podemos cambiar, pero que nos hizo crecer, madurar y estar más seguras de lo que queremos.
Renovemos nuestra fe y esperanza en Dios omnipotente, pidámosle que se quede en cada corazón, para conocer la compasión y el amor a nuestro prójimo.
Recibamos este año que se aproxima, vistiendo nuestro mejor traje de optimismo y entusiasmo, de confianza en nosotras mismas, sin pensar en sueños y anhelos que no se concretaron, pero que se han quedado suspendidos en un espacio de un despertar de un mañana mejor, porque sólo podemos soñar si estamos despiertas a la vida que nos ofrece sus encantos y sus maravillas, sin olvidarnos que cuando hacemos el bien, este se nos regresa con grandes destellos.
Hemos puesto nuestro esfuerzo por nuestros logros, por superarnos como mujeres, como madres, como hijas, hermanas y como amigas, pero no siempre las cosas salen como queremos, ni cuando las queremos, porque Dios es dueño de nuestro tiempo, muchas puertas se nos cierran, pero muchas otras se nos abren, no importa cuantas veces nos equivoquemos, un error no hace indigno a ningún ser humano.
El año 2011 se marcha para no volver, cuando la ultima campanada nos anuncie que se va, envía con él los fantasmas del sufrimiento, del dolor de las frustraciones y recibamos con jubilo el 2012, con un corazón limpio, renovado, con una profunda plegaria al hacedor del mundo por un mañana mejor, teniendo siempre en mente cuanto valemos como mujeres, como seres humanos y siempre luchado por ser mejores personas cada día.
Muchas son las mujeres y algunos hombres que han tocado a las puertas de Toda Mujer es Bella, pero siempre ha estado un corazón de mujer a la vanguardia para abrirla de par en par; gracias Shoshan, gracias por estos 365 días que hoy llegan a su final, por tu abrigo, por el refugio que nos brindaste durante todo un año, y por lo que nos vas a seguir brindando durante los años por venir. GRACIAS Shoshan, por tu amor desinteresado, por tu lucha y sacrificio, sé que trabajamos con un común denominador, gracias por permitirme estar, gracias en nombre de todas nuestras amigas, mujeres bellas que encuentran cariño y comprensión bajo la sombra de este nuestro cielo raso, para curar sus corazones heridos, o para compartir con nosotras una sonrisa, mujeres que se acercan a este nuestro portal de amor desde los 4 puntos cardinales.
Antes de concluir este año, les envío a todas nuestro más profundo agradecimiento, por habernos permitido recorrer con ustedes los corredores de este nuestro segundo hogar, gracias por permitir que nuestras palabras hagan eco en sus corazones, gracias por un año más en el que hemos aprendido juntas, en el que hemos unido nuestras lagrimas, el cariño y nuestras sonrisas.
Alcemos nuestra copa rebosante de amor, fe y esperanza en Dios y brindemos por lo que tenemos, por lo que somos y por lo que seremos, estaremos unidas en este año que ahora comienza y recuerden “hoy estoy, mañana estaré y mientras Dios me lo permita aquí estaré”.
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