EL CLIMA

domingo, 18 de diciembre de 2011

MIRIÑAQUE




El miriñaque, también llamado crinolina, también armador, es una forma de faldaamplia utilizada por las mujeres a lo largo del siglo XIX que se usaba debajo de la ropa. En realidad, el miriñaque consistía en una estructura ligera con aros de metal que mantenía abiertas las faldas de las damas, sin necesidad de utilizar para ello las múltiples capas de las enaguas que había sido el método utilizado hasta entonces.

El miriñaque fue originalmente una tela rígida con una trama de crin y una urdimbre de algodón o de lino. La tela apareció primero alrededor de 1830, pero, hacia 1850, la palabra había venido a significar una enagua tiesa, o una estructura rígida, en forma de falda con aros de acero diseñada para sostener las faldas del vestido de una mujer en la forma requerida. No debe pensarse que la crinolina era una estructura completamente rígida e inamovible, pues se balanceaba hacia cualquiera de los lados con los movimientos de la mujer, y cualquier presión sobre una parte de la falda provocaba un movimiento completo de la misma.

Los miriñaques fueron usados intensivamente en su extravagante forma original alrededor de los años 1856 a 1866, alcanzando su máximo tamaño alrededor de 1860. Desde entonces, el término se ha utilizado para designar los variados inventos utilizados para sostener las faldas holgadas hacia diferentes direcciones. Sin embargo, estos miriñaques más recientes no guardan relación con los clásicos.Alrededor de 1850, una situación generalizada de prosperidad en la economía europea, impulsó una mayor complicación en el vestido; las faldas fueron agrandándose, efecto que se consiguió, en un principio, incrementando el número de enaguas que se colocaban por debajo de la falda. La incomodidad y el peso generado por estas enaguas, llevaron a que se diseñara la crinolina en 1856. La gran impulsora y difusora en Europa de la crinolina fue la emperatriz Eugenia de Montijo, durante el Segundo Imperio francés; desde allí se introdujo en España, coincidiendo con el reinado de Isabel II, siendo denominada como miriñaque. Para evitar mostrar las piernas por accidentes de viento, las mujeres solían llevar por debajo unos pantalones que llegaban hasta los tobillos, normalmente acabados en encaje, que en ocasiones asomaban por debajo de la falda, en señal de elegancia.

En los últimos años de la década de 1850, el tamaño de las faldas se desmesuró tanto con el uso del miriñaque que impedía a dos mujeres entrar juntas en una habitación o sentarse en un mismo sofá, ya que los volantes de las faldas lo evitaban. A mediados de 1860, el miriñaque evolucionó, dejando la parte delantera de la falda de forma recta, acumulando la crinolina en la parte de la espalda, convirtiéndose en media crinolina.


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