EL CLIMA

viernes, 7 de octubre de 2011

SALUD Y ALIMENTACION




Enfermedad cardiovascular: la prevención empieza en casa


  • La prevención cardiovascular empieza en casa.
  • La prevención cardiovascular empieza en casa.

Al menos 17 millones de personas fallecen por año debido a enfermedades cardiovasculares, como el infarto y el accidente cerebrovascular (ACV), una cifra que las ubica a la cabeza de la lista de causas de discapacidad y muerte en el mundo.

El origen de estos problemas es la interrupción de la circulación sanguínea debida al depósito de placas de grasa en la pared de las arterias. Esta condición, llamada aterosclerosis, progresa lentamente a lo largo de los años. Cuando aparecen los primeros síntomas, la enfermedad ya está avanzada. Por eso, resulta imprescindible conocer los factores de riesgo que predisponen a adquirir esta enfermedad, para así poder prevenirla. Ellos son, principalmente, la hipertensión arterial, el colesterol sanguíneo elevado (mayor proporción de LDL, o colesterol malo, en relación a HDL, o colesterol bueno) y la diabetes.

Las principales medidas para controlar los factores de riesgo y reducir las muertes prematuras son: dejar de fumar, consumir alimentos saludables y hacer actividad física. Está comprobado que el tabaquismo aumenta entre dos y cuatro veces la probabilidad de tener un infarto o un ACV. El cigarrillo también es la primera causa de una condición llamada vasculopatía periférica, que produce la claudicación de las piernas –fatiga y dolor que imposibilitan el caminar– por falta de irrigación sanguínea. Abandonar el hábito de fumar reduce claramente el riesgo de enfermedad vascular, por lo que se recomienda que las personas que no puedan dejarlo por su cuenta realicen tratamientos de sustitución de nicotina o con otras drogas.

Los cambios en la dieta consisten en reducir la ingesta total de grasas, en especial de las saturadas –presentes en las carnes rojas, la leche y los productos lácteos, y el chocolate–, y aumentar el consumo de grasas poliinsaturadas o monoinsaturadas a través de los aceites vegetales, los pescados, las verduras de hojas verdes y los frutos secos.

La dieta también juega un rol clave en la regulación de la tensión arterial, sobre todo en relación al contenido de sal. Se recomienda disminuir la cantidad ingerida a menos de 5 gramos diarios y comer mayor cantidad de frutas y verduras (más de 400 gramos por día), así como cereales integrales y legumbres.

El ejercicio diario, otro pilar de la prevención, también ayuda a reducir la tensión arterial. Además, mejora los niveles de colesterol bueno (HDL) y mantiene los niveles normales de glucosa en sangre. Todas las personas deben hacer al menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada por día, como caminar a paso rápido. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, al menos un 60% de la población mundial es sedentaria y no llega a cumplir esta recomendación mínima.

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