EL CLIMA

domingo, 9 de octubre de 2011

BOTAS CON HISTORIA




BOTAS VAQUERAS HISTORIA

HISTORIA DE LA BOTA VAQUERA

La historia de la bota es de alguna manera la historia del proceso civilizatorio del hombre, ofreciéndole protección pero también vanidad. Los primeros registros que se conocen de calzado elaborado con fines de protección hablan de la presencia de la bota ya hace 15000 a.C., tal y como lo testimonian numerosas pinturas rupestres en España. Las piezas más antiguas que se conocen proceden de Mesopotamia en el Oriente Medio, y según se cree en esa época eran usadas tanto por hombres como por mujeres, y ya registraban numerosas decoraciones, demostrando que la bota siempre tuvo fines tanto utilitarios como suntuarios.

Al correr los siglos la bota se fue volviendo un implemento exclusivamente masculino, reservándose a la mujer delicadas piezas de calzado que difícilmente les permitían salir de sus casa, transformándose así en una forma de control que sustentaba las relaciones de dependencia cultivadas en la civilización occidental. Apenas se les reconocía el derecho a la bota de montar, pero sólo dentro de las clases sociales más altas, donde había tiempo para actividades ociosas. El resto de la población, aún la que trabajaba con caballos no tenía más posibilidad que trabajar descalzos, y esto incluía a la mujer, la cual nunca estuvo eximida de las fuertes labores rurales.

Pero el siglo XlX sería el siglo de los grandes descubrimientos tecnológicos, provocadores de tantos cambios. Entre ellos se destacaría la nueva actitud de la mujer, ahora más curiosa que nunca, y dispuesta a salir de su casa para conocer el mundo. La bota acompañó este impulso y alrededor de 1830 empiezan a surgir las primeras botas femeninas, con modelos delicados y refinados, abotonados o atados con lazos. Estas botas, de caña baja, se diferenciaban bastante de las botas masculinas, tanto de las botas de trabajo, como de las militares o las suntuarias; aunque las primeras botas femeninas no podían competir con las botas masculinas en el lujo y delicadeza de las decoraciones.

Curiosamente, fue la Reina Victoria, conocida por su puritanismo y su actitud conservadora, quien popularizó la bota femenina, especialmente la ‘Bota Balmoral’, bautizada en honor al pueblo escocés. Esta bota cubre el tobillo, y cuenta con una suela gruesa que la transformó en el calzado favorito para las caminatas y luego, las grandes fiestas, una vez que la superficie de la bota empezo a decorarse profusamente. Estas botas eran confeccionadas exclusivamente en cuero, pero pronto otros materiales comenzaron a ser utilizados, como la seda, la tafeta y diversas formas de lienzo.


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