EL CLIMA

domingo, 23 de octubre de 2011

AGAMBEN

GIORGIO AGAMBEN

Giorgio Agamben (Roma, 1942) es un filósofo italiano. Se doctoró en la Università di Roma con una tesis sobre el pensamiento político de Simone Weil. Fue alumno de Martin Heidegger entre 1966 y 1968. Es profesor de Filosofía en la Universidad de Verona, Italia, en el Collège International de Philosophie de París y en la Universidad de Macerata en Italia; profesor de Iconografía en el Instituto universitario de Venecia. Ha tenido a su cargo la edición de la versión italiana de la obra de Walter Benjamin.

En su obra, como en la de otros autores (Umberto Eco), confluyen estudios literarios, lingúísticos, estéticos y políticos, bajo la determinación filosófica de investigar la presente situación metafísica en occidente y su posible salida, en las circunstancias actuales de la historia y la cultura mundiales.

Esta investigación tiene mucho de reapertura de caminos olvidados en el transcurso de la historia cultural de Occidente. Como sucede siempre en la Historia de la Filosofía, una interpretación abre un itinerario pero cierra otros. La tradición europea se encuentra, de esta manera, sembrada de oportunidades perdidas. ¿Oportunidades de qué? De alcanzar la Utopía.

[editar]La tradición occidental

Agamben se hace acompañar en sus textos por Aristóteles, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Marx o Kafka, entre otros; aunque también por menos conocidos cabalistas, trovadores, padres de la Iglesia Católica Romana y poetas medievales; e incluso por autores influyentes aunque peligrosos, como el jurista Carl Schmitt. Sus maestros o mentores son Martin Heidegger y Walter Benjamin, a cuya obra retorna siempre. En sus investigaciones sobre las imágenes sigue la estela de Aby Warburg.

Las preguntas que plantea a la tradición occidental podrían simplificarse en ¿cómo hemos llegado al punto en que nos encontramos? Esta cuestión supone un enjuiciamiento político y un diagnóstico desolado de la situación que vivimos, e implica otra de cuya respuesta acertada depende la superviviencia y para la cual cada vez hay menos tiempo: ¿Qué podemos hacer, qué dirección tomar?

El abordaje de unas preguntas tan complejas y decisivas, supone a la vez una investigación de conceptos clave en los campos jurídico, estético, cultural, y la confrontación con las últimas estrategias filosóficas para tratarlos y comprenderlos. Supone también el rastreo a través de autores de todas las épocas, en busca de esas oportunidades abandonadas, o de los destellos que muestran las claves de una época.

Este estudio hace aparecer a la cultura occidental desde sus orígenes comoasombrosamente otra. Es lo que ocurre en Estancias. La palabra y el fantasma en la cultura occidental, ensayo que hace un recorrido desde la psicología y medicina medievales y la poesía trovadoresca, hasta el concepto de mercancía de Marx y elPsicoanálisis; toda una historia de la producción occidental, no sólo la artística, centrada en la categoría de fantasma, cuya marginación u olvido tiene como consecuencia la actual inanidad del arte, su carácter autónomo y espectacularizado.

[editar]Mesianismo

La formulación de ambas cuestiones: ¿Cómo es nuestro tiempo?, ¿Cómo vivirlo, es decir cómo estar a la altura de su exigencia?, implica una actitud, en la que Agamben profundiza con sus estudios sobre Benjamin, sobre la tradición judía y sus intérpretes, sobre la Carta a los Romanos de Pablo de Tarso,una actitud mesiánica. Ésta se explicaría así: si la tradición metafísica1 insiste en la fundación, en el origen, la tradición mesiánica (también occidental en la medida en que en nuestra historia Atenas es inseparable de Jerusalén) reivindica elcumplimiento, ahora bien, para que éste se produzca el origen debe ser revocado.

La revocación del origen y por tanto la anulación o transformación de sus consecuencias sería una constante en la obra de Giorgo Agamben. El retorno a los orígenes no reviste el carácter de la identificación simplificadora del mal, del descubrimiento de una desviación culpable. Se trata de desvelar la lógica interna de un proceso cuya actualización es constante, contemporánea, y cuya ignorancia u olvido comporta su repetición fatal. Esta lógica no puede ser formalizada de acuerdo con los recursos que el pensamiento vigente ha establecido, por tanto éstos deben ser cuestionados y desmontados, en tanto cómplices del orden de cosas que no saben explicar.

Esta actividad deconstructiva2 (la obra filosófica de Agamben supone una constante explicación con la deconstrucción derrideana) implica también la búsqueda del concepto libre de tal culpa originaria, la fórmula destinada a atravesar una puerta cuyo mayor obstáculo es que se encuentra desde siempre abierta, a sortear las trampas que la metafísica tiende en el lenguaje, en el pensamiento, en la práctica.

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