La sátira es una composición poética, escrita en prosa o en verso, que persigue censurar, poner en ridículo a alguien o algo, empleando la agudeza en el lenguaje bajo la forma de ironía, alusión o burla para mostrar la injusticia y la necedad humana.
La escritora mexicana sor Juana Inés de la Cruz, joven brillante, culta y admirada, su poesía ingeniosa, elocuente y expresiva, la convirtió en la personalidad más destacada de las letras virreinales del siglo XVII |
Podemos encontrarla también en el periodismo y hasta en las artes plásticas a través de la caricatura, y de movimientos pictóricos como el expresionismo. El término sátira viene del latín satyra, que significa mezcla o plato colmado, y se relaciona con el adjetivo latino que significa repleto.
El poema Hombres necios, del libro Carta a sor Filotea, de la escritora mexicana Juana Inés de la Cruz (1651-1695) está considerado como un ejemplo elocuente de poesía satírica feminista. También el español Lope de Vega, en una visión que hace de Madrid, se detiene en algunos elementos que caracterizan el paisaje de la ciudad con sus habitantes y en los contrastes entre los que viven de pedir prestado y los soldados que "comen en los monasterios" y "mueren en los hospitales".
Pero la sátira data de la antigüedad. Su primer gran autor fue el destacado poeta Quinto Horacio Flaco, quien comentaba alegremente la tendencia a los extremos o las conductas groseras en ellas. En contraste con la amable burla de Horacio se encuentra el humor cáustico de su contemporáneo, el romano Décimo Junio Juvenal, quien a través de 16 Sátiras en verso, fustiga los vicios de su sociedad urbana y los opone a la tranquilidad y la honradez de la vida campesina. Esta crítica la hace con un estilo cargado de preciosismos lingüísticos, pero a veces oscuro.
Juvenal denunció el asesinato, ciertas prácticas sexuales, el fraude, el perjurio, el robo, la gula, la lujuria, la avaricia y la adulación a los poderosos como pecados de igual magnitud. Censuró también la brutalidad de los soldados con los civiles. Algunas de sus sátiras influyeron en escritores como el italiano Giovanni Boccaccio, el francés Nicolás Boileau-Despréaux y los ingleses Lord Byron y Samuel Johnson, quien, especialmente en el poema Vanidad de los deseos humanos (1749), realiza un comentario sobre la fragilidad de la razón humana.
-Calavera Catrina es uno de los grabados del artista mexicano José Guadalupe Posada perteneciente al género de la sátira, donde la caricatura y el humor negro están presentes |
En la Edad Media encontramos la sátira en las canciones de burla tenaz, en las de maldecir y en composiciones cómico-carnavalescas que asocian lo satírico con la parodia y la fábula, para representar defectos humanos y sociales e identificarlos con conductas animales.
Con el Renacimiento, comenzó a ser más frecuente la sátira en prosa que en verso. Los cuatro maestros del género fueron el poeta y humanista alemán Sebastian Brant, el escritor francés François Rabelais, el holandés Erasmo de Rotterdam y el español Miguel de Cervantes Saavedra quien, con su Don Quijote de la Mancha, aporta no solo una visión crítica de la sociedad de la época, dividida entre el idealismo y las urgencias de la vida cotidiana, sino también el gran tema de la literatura y de la ciencia contemporáneas: la confusión entre apariencia y realidad, la validez de una percepción individual, por encima de dogmas acerca de lo verdadero y de lo falso.
A principios del siglo XVIII, comienza en Inglaterra la llamada Edad de Oro de la sátira. Aparece entonces una de las más brillantes, La ópera del mendigo (1728), de John Gay, que inspiró la adaptación realizada en 1928 por Bertoldt Brecht y Kurt Weill: La ópera de cuatro centavos. También el francés François Marie Arouet, más conocido como Voltaire, en su obra Cándido, realiza una defensa de los principios del siglo de las luces, lo que le valió una enérgica reacción oficial por su crítica a las ideas religiosas y sociales dominantes.
El siglo XIX también es pródigo en este género literario y en él se destacaron autores ingleses como Mark Twain y Charles Dickens con sus críticas a la hipocresía oficial y a las convenciones de la era victoriana.
Una de las líneas del desarrollo de la sátira para el siglo XX es su uso como medio para enjuiciar y burlarse de los regímenes dictatoriales o para ridiculizar ciertos mitos sociales como el sueño americano, la rigidez de las convenciones sexuales y las coerciones religiosas. Se mezclan con estos propósitos obras de muy diverso género y origen, entre las que se destacan las piezas teatrales de Bertoldt Brecht.
Sobresalen en este siglo películas como El gran dictador y La quimera del oro, de Charlie Chaplin; la canción popular que tiene como exponentes a Joaquín Sabina en España, o Nacha Guevara en Argentina, y en las artes, las "calaveras" del mexicano José Guadalupe Posada, combinación de grabado y texto que cumplió un papel crítico y de propaganda durante la Revolución mexicana.
La sátira ha impregnado cada época con su elaboración estrictamente literaria, y es también un estilo de periodismo que se propone desde el humor, actuar como medio informativo al margen de una noticia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario