FIGUEROA ALCORTA
José Figueroa Alcorta (Córdoba, 20 de noviembre de 1860 - 27 de diciembre de 1931) fue un abogado y político argentino, que ejerció la Presidencia de la República entre el 12 de marzo de 1906 y el 12 de octubre de 1910.
Hijo de José Figueroa (Padre) y Teodosia Alcorta. Estudió en el Colegio de Monserrat, y en la Universidad de Córdoba.
Participó como constructor para la Municipalidad de Córdoba, y para el Ferrocarril Central Norte Argentino. También fue periodista y escribió en los diarios "El Interior" y "La Época".
Al ser disuelta la Logia Piedad y Unión Nº 34 de Córdoba, se constituye un círculo secreto donde ingresa el doctor Figueroa Alcorta, regularizándose el 19 de febrero de 1892 al reinstalarse libremente. Miembro más tarde de la Logia Bernardino Rivadavia Nº 174 de Buenos Aires.
- Diputado y senador provincial
- Ministro de Gobierno de la provincia de Córdoba
- Ministro de Hacienda de la provincia de Córdoba
- Diputado nacional por Córdoba
- Gobernador de Córdoba (1895-1898)
- Senador nacional por Córdoba (1898-1904)
Asumió como vicepresidente, acompañando al presidente Manuel Quintana, el 12 de octubre de 1904. Fue tomado rehén en la revolución radical de 1905
Asumió la presidencia de Argentina en 1906 ante el fallecimiento de Manuel Quintana, de quien era vicepresidente.
Tuvo serios problemas para lograr apoyo en el Congreso, al que finalmente clausuró en 1908. Buscó un acercamiento con los radicales, indultando a los detenidos por el intento de golpe de 1905 y preparó el camino para los cambios electorales de Roque Sáenz Peña. Los grupos anarquistas se mostraron activos en numerosos atentados, llegando a matar al jefe de policía Ramón Falcón, asesinado por Simón Radowitzky en 1909 como venganza por la represión ejercida por la policía durante las protestas del 1 de mayo (la semana roja). El anarquista Francisco Solano Regis cometió un atentado fallido contra José Figueroa Alcorta el 28 de febrero de 1908.
Durante su mandato se descubre petróleo en Comodoro Rivadavia, en el sur argentino, y se dicta la primera ley de regulación de la explotación.
Le correspondió presidir la celebración del primer centenario de la Revolución de Mayo.
Debe aclararse que murió católico perfectamente reconciliado con Dios y la Iglesia. Se refirió a su liberalismo de juventud como "sarampión" y estaba alejado de cualquier ideología masónica.
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