LAPIZLAZULI
Su nombre viene del latín lapis: ‘piedra’ (de donde viene también lápida y lapidar), y lázuli es la forma genitiva del latín medieval lázulum, que es evolución del árabe clásico lāzaward (‘lapislázuli’), éste del persa لاژورد lažvard y éste del sánscrito rāja-āvárta: ‘real joya’, lapislázuli (siendo rāya: ‘rey’ y āvártam: ‘pirita [mineral ferroso], marcasita, marquesita, piedra semipreciosa’.[1]
Como āvártam también significa ‘remolino, rulo, rizo’, el Diccionario de la lengua española de la RAE declara erróneamente que rājāvarta significa ‘rizo de rey’. Se cree que el rājāvarta es el origen de la palabra azul.
Otro nombre del lapislázuli en sánscrito es āvárta-mani: ‘joya de pirita’.
Se define geológicamente como roca, material compuesto de varios minerales. Los principales componentes son lazurita, silicato cálcico complejo que le proporciona el color azul característico, wollastonita y calcita, que producen el veteado gris y blanquecino, y pirita, que produce los reflejos dorados.
Tiene peso específico de 2,4 y dureza de 5,5 en la escala de Mohs. Brillo vítreo y fractura concoidea. No es atacable por el ácido clorhídrico, hecho que facilita su diferenciación de otras rocas como la azurita que "efervesce" al reaccionar con ácido clorhídrico diluido (10%).
Prácticamente todo el lapislázuli utilizado en la antigüedad en Eurasia se obtenía de canteras situadas en las montañas de Afganistán, las cuales todavía son explotadas con procedimientos muy similares a los utilizados hace miles de años.
En América, los incas y otras culturas precolombinas explotaron hace 2000 años yacimientos en Chile, en la zona de Ovalle, utilizándolo en máscaras y ornamentación.
El polvo del mineral, la azurita o lazurita, proporcionaba un pigmento azul, muy reputado entre los grandes pintores del Renacimiento por su durabilidad. Leonardo da Vinci, Alberto Durero y Fra Angélico se referían al polvo de lapislázuli como «oro azul». En esa época, su precio igualaba al del oro.
En la actualidad se sigue empleando en joyería, siendo Chile el mayor exportador de este material, además se hizo muy popular por la introducción en el mercado estadounidense.
El lapislázuli se ha grabado con frecuencia. Cuando los fragmentos han sido suficientes se han labrado copas, vasos, etc.
El tesoro de la corona de Francia posee muchos y magníficos objetos de lapislázuli, entre otros:
- Una copa de lapis piritoso en forma de navecilla de grandes dimensiones
- Un sable de mango de lapis que Tippoo Saib regaló a Luis XVI
- Una cubeta de lapis mezclado de cuarzo y piritas de 298 mm. de largo y 166 de alto[2
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