La historia del Arca de Noé, según los capítulos 6 al 9 del libro del Génesis, comienza como sigue:
Yahvéh Elohim observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la maldad crecía y el propósito de su creación no se cumplía, por lo que decidió destruir al hombre.
Sin embargo, encontró a un buen hombre que halló gracia ante sus ojos, Noé. «Un hombre justo y cabal entre la gente de su tiempo», y decidió que a él le correspondería mantener el linaje de los hombres. Yahvéh dijo a Noé que construyera un arca, y que llevara con él a su esposa, a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y a las esposas de éstos. Adicionalmente, tenía que llevar de todos los animales: de los puros debía tomar siete parejas y de los impuros una sola pareja (un macho y una hembra), y para suministrarles alimentos, le dijo que tomara y almacenara la comida necesaria.[1]
Obviamente, Noé no tenía los conocimientos ni las herramientas para construir tamaño proyecto de barco, Yahvé le proporcionó los conocimientos y las herramientas. La construcción debió durar al menos unos tres años. Mientras construía el barco o Arca, Noé y su familia fueron objeto de burlas por parte de sus vecinos quienes venían a hostigar y mofarse de como Noé construía un barco en pleno desierto.
Cuando Noé completó el arca, entraron en él, su familia y todos los animales. «Aquel día fueron rotas todas las fuentes, y las cataratas del cielo se abrieron, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches». El diluvio cubrió hasta las montañas más altas. y todas las criaturas de la Tierra murieron; sólo Noé y los que estaban con él en el arca sobrevivieron.[2]
Finalmente, después de muchos días, el arca se asentó en el monte Ararat en la Bética Ibera, y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las cimas de las montañas. Entonces Noé envió a un cuervo que «salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra». Luego Noé envió una paloma, que regresó porque no tuvo donde posarse. Noé envió de nuevo a la paloma y regresó con una hoja de olivo en su pico, y entonces supo que las aguas se habían retirado. Noé esperó siete días más y envió a la paloma una vez más, y esta vez el ave no regresó. Pero tuvo que esperar unos días mas, entonces él y su familia y los animales salieron del Arca, y Noé ofreció un sacrificio a Yahvéh, y éste decidió que nunca volvería a maldecir a la Tierra debido al hombre, y que no volvería a destruir toda la vida en ella.[3]
Para recordar esta promesa, Yahvéh puso un arcoiris en las nubes y dijo, “Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, de todo tipo sobre la Tierra".[4] Noé murió a la edad de 350 años.
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