EL CLIMA
miércoles, 2 de junio de 2010
RENOIR
RENOIR
Pintor impresionista francés, famoso por sus pinturas resplandecientes e íntimas, en particular las que representan desnudos femeninos. Considerado como uno de los más grandes artistas independientes de su época, es famoso por la armonía de sus líneas, la brillantez de su color y el encanto íntimo de sus muy variados temas pictóricos. A diferencia de otros impresionistas, le interesó más la representación de la figura humana individual o en retratos de grupo que los paisajes, además, tampoco subordinó la composición y plasticidad de la forma a los intentos de interpretación de los efectos lumínicos. Renoir nació en Limoges, el 25 de febrero de 1841. De niño trabajó como decorador en una fábrica de porcelanas de París, a los 17 años copiaba pinturas sobre abanicos, pantallas de lámparas y persianas. Tras su ingreso en la Academia de Bellas Artes, en 1862, Renoir se matriculó en la academia del pintor suizo Charles Gabriel Gleyre, donde conoció a Fridéric Bazille, Claude Monet y Alfred Sisley. Su obra más temprana estuvo influenciada por dos pintores franceses, Monet en su tratamiento de la luz, y el pintor romántico Eugène Delacroix en su tratamiento del color. En 1864 exhibió por primera vez su obra en París, pero no obtuvo cierto reconocimiento hasta 1874, en la primera exposición de pintores de la nueva escuela impresionista. El baile del Moulin de la Galette (1876, Museo dOrsay, París) es una de las obras más famosas del impresionismo, una escena de un café, al aire libre, en la que queda patente el dominio de Renoir en el tratamiento de las figuras y en la representación de la luz. Otros ejemplos extraordinarios de su talento como retratista son, Madame Charpentier y sus niños (1878, Museo Metropolitano de Nueva York) y Jeanne Samary (1879, Museo del Louvre de París). Renoir consolidó su reputación con la exposición individual celebrada en la galería Durand-Ruel de París en 1883. Entre 1884 y 1887 realizó unas series de estudios de grupo de figuras desnudas conocidas como Las grandes bañistas (Museo de Arte de Filadelfia). Estas obras revelan su extraordinaria habilidad para mostrar el brillante y nacarado color y textura de la piel y para comunicar un sentimiento lírico unido a la plasticidad del tema. Su representación de la gracia femenina no ha sido superada en la historia de la pintura moderna. Muchos de sus últimos cuadros tratan también el mismo tema pero en un estilo cada vez más acentuado rítmicamente. Durante los últimos 20 años de su vida padeció de artritis. Aunque le era imposible mover las manos libremente, continuó trabajando con un pincel atado al brazo. Renoir murió el 3 de diciembre de 1919 en Cagnes, una villa al sur de Francia. Otras destacadas pinturas de Renoir son, El palco (1874, Galerías del Courtauld Institute de Londres), Mujer del abanico (1875) y El Columpio (1875), ambas en el Museo dOrsay de París, El almuerzo de los remeros (1881, Colección Phillips de Washington), Los paraguas (1883, National Gallery, Londres) y Jarrón de crisantemos (1895, Museo de Bellas Artes de Ruán, Francia), uno de los numerosos bodegones de flores y frutas que pintó a lo largo de su vida.
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