LUCILE BALL
Payasa del alma, cómica intuitiva que ignoraba olímpicamente el ridículo, y que se impuso tardíamente en la TV (había cumplido los 40 cuando empezó la sitcom), quizás porque hasta esas fechas la práctica del humor en el espectáculo parecía un exclusivo patrimonio masculino. Pero hoy le toca a Lucy: Lucille Desireé Ball nació en Celeron, estado de Nueva York, el 6 de agosto de 1911. A los 15 ya se había anotado en la escuela de teatro de John Murray Anderson, y al cabo de unos años se dio una vuelta por Broadway, presentándose vanamente en varias audiciones. Probó entonces trabajar como modelo para las revistas y publicidad. Así fue que en 1933 fue consagrada Miss Chesterfield y poco después obtenía un papelito en el film Roman Scandals. Lucille se salía de la vaina por hacerse la chistosa, pero su hora aún no había llegado. Empero apareció en musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers, como “Roberta” (1935) y “Sombrero de copa” (1935). Y a fines de los 30 se hizo notar en su propia salsa, junto a los Hermanos Marx en “Cuarto de hotel”. En 1940, Lucille Ball conoció a Desiderio Arnaz, un músico cubano en el exilio seis años menor que ella, pero el de ellos fue amor a primera vista… Poco tiempo después se casarían, y juntos harían historia. Era el año 1947, estaba naciendo la televisión y Lucy tenía un programa de radio muy exitoso: “Mi esposo favorito”. En ese programa, Lucille Ball representaba a un ama de casa algo atolondrada y bastante desinhibida que prendió con fuerza en la audiencia, lo coprotagonizaba Richard Denning, y duró cuatro años, al cabo de los cuales la CBS le ofreció a la ahora popular Lucille llevarlo a la televisión. El programa fue revolucionario: fue el primero en usar el sistema de tres cámaras simultaneas, el mismo que se usa hoy día en las modernas sitcoms. Fue también el primer programa filmado de la TV, hasta entonces se hacían en vivo, o como si fueran una película, toma por toma .Por primera vez se filmó este tipo de producción con público presente. Y además el perfil de ama de casa que presentaba la Lucy televisiva no tenía carrera y andaba en busca de algo más que tareas domésticas: en verdad, quería ser lo que la Lucy de la vida real, es decir, actriz, bailarina, clown. En la serie, los intentos de la protagonista Lucy Ricardo por actuar en los shows de su marido dan pie a las situaciones más desopilantes en las que Ball brilla en todo su esplendor payasesco. Y lo interesante es que un público poco acostumbrado a estos delirios por parte de las mujeres, cuanto más loca se ponía Lucy, más la adoraba. Y cuando Lucy quedó embarazada en 1953 (¡a los 42 años!) se animó a llevar su estado a la serie, en tiempos en los que estaba prohibida por la censura la palabra “embarazo”!!! Pero Lucy no sólo apareció con la panza creciente a través de los meses, sino que programó la cesárea, y el hijo de la vida real y el de la ficción nacieron el mismo día. Desi Jr, pasó a la historia de la TV con 44 millones de televidentes. Récord de audiencia solo superado por la llegada del hombre en la Luna, 16 años después. A estas alturas, Desi y Lucy ya habían fundado la empresa independiente Desilu, que más tarde produjo sucesos como Misión imposible o Viaje a las estrellas. Pero, Yo quiero a Lucy tuvo un impacto incomparable durante seis temporadas en las que se ofrecieron 179 capítulos. Después del final de la serie, en 1957, la pareja volvió en varios especiales de televisión (The Lucy-Desi Comedy Hour), pero sin lograr el éxito de la versión original. “Los tuyos, los míos y los nuestros” fue el último éxito de Lucille Ball, la acompañó Henry Fonda y el tema seguía siendo la vida cotidiana, la locura familiar en clave de comedia.
Pero Lucille no estaba tan sola en el mundo, allá en la mitad del siglo XX, en esto de hacer payasadas: cuando la diva pelirroja empezó en la tele, después de un suceso radial, en Argentina, la prodigiosa Niní Marshall estaba haciendo descostillar de risa con sus creaciones inmortales.
Su primer protagónico fue con un cómico estrella de esos años: Red Skelton, y esto le abrió el camino a su gran pareja en el cine: Bob Hope
Aprovechando el suceso, los directivos de CBS decidieron pasarlo a la televisión. Lucille insitió en que su pareja en la serie tenía que ser su verdadero esposo y finalmente la CBS aceptó, y por cierto nunca se arrepintió. Muy por el contrario, bajo el título de “Yo quiero a Lucy”, salió al aire en 1951, la nueva serie se convirtió en gran favorita del público, trepó a la cima del rating, impulsó la venta de televisores y se mantuvo gallardamente seis años en cartel.
En 1960, la pareja se divorció y luego ella, destacada mujer de negocios, le compró a él su parte. Contrajo matrimonio en 1961 con el cómico Gary Morton, quien se encargaría de producir sus últimas series televisivas de menor repercusión.
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