EL CLIMA

sábado, 17 de abril de 2010

UNA FIESTA ELEGANTE



















PARA UNA FIESTA ELEGANTE

Las normas para una fiesta elegante o formal son muy importantes, sobre todo si la misma se realiza en el ámbito de trabajo y de ella pueden despender un ascenso o su futuro laboral. Las buenas costumbres o las normas de comportamiento se establecieron para saber como actuar en un momento así y no pasar por una persona de poca cultura o peor aún, como alguien irrespetuoso o mal educado.

Estas normas no son complicadas y no requieren de demasiado esfuerzo, sino más bien de inteligencia. Seguirlas es sencillo y serán más los beneficios que la molestia de recordarlas. Además, una vez que las conozcamos, ya serán parte de nuestra personalidad y podremos acudir a cualquier acontecimiento sin miedo a no saber comportarnos como deberíamos.

Si en la invitación no está especificado que tipo de vestimenta debe llevarse, no es necesario ponerse lo mejor que se tenga en el placard. Si es una boda, no debe vestirse mejor que los novios., un buen traje y camisa serán suficientes.

La puntualidad es un punto muy importante a tener en cuenta. Solo se acepta un retraso no mayor a los 10 minutos y por supuesto, tampoco llegar antes de la hora fijada.

Si el acontecimiento implica llevar un regalo, no es conveniente optar por una botella de vino, a no ser que conozca muy bien los gustos de la persona a quien se lo va obsequiar o alguien le haya dado un dato muy preciso. Al llegar el regalo se lo dará al personal que lo reciba, en el caso que la fiesta sea para una determinada persona, se lo puede dar en mano.

Cuando salude, estreche la mano con firmeza pero no con fuerza. Si lo hace de manera floja o con desgano refleja una mala predisposición de su parte hacia el acontecimiento. Las mujeres se saludan con un beso, pero con suavidad, para no estropear el maquillaje.

Se debe comer y beber con moderación. Cuando no desea más, solo diga “no, gracias”. Bajo ninguna circunstancia pregunte los ingredientes de cada plato.

Cuando necesite acudir al baño, solo pida disculpas y retírese de la mesa, los comentarios graciosos en este momento no tienen sentido.

Si por alguna razón y sin intención vuelca un poco de vino o alguna otra bebida, mancha su ropa o rompe algún vaso, pida disculpas y ofrezca reparar el daño, si no se lo aceptan, continúe haciendo lo que estaba haciendo en el momento del accidente.

Cuando ya sea la hora de retirarse, salude de manera sencilla y si la persona que lo ha invitado lo acompaña a la puerta, no se quede hablando a solas con ella, simplemente dé las gracias y si desea algún elogio sobre la fiesta. Quedarse a solas durante un tiempo más o menos largo es de mala educación para el resto de los invitados

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