EL CLIMA
miércoles, 10 de diciembre de 2014
¿Te cuesta ser feliz? ¿y si probas eliminando algunos de estos habitos?
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1. Concentrarte en la vida de otros y no en la tuya.
No te conformes con la las historias de éxito de otros y como las cosas se han dado para ellos, olvidando las tuyas. Tienes todo lo que necesitas para convertirte en todo lo que eres capaz de ser. Los cambios más asombrosos ocurren cuando decides tomar el control. Esto significa “consumir menos, crear más”. Significa negarse a dejar que otros piensen, hablen y decidan por ti. Significa aprender a respetar y hacer uso de tus propias ideas para vivir tu vida. Mantén tus mejores deseos y tus metas más grandes cerca de tu corazón y dedícales tiempo cada día. Si verdaderamente te ocupas de las cosas que haces y trabajas diligentemente en ellas, no habrá casi nada que no puedas lograr.
domingo, 24 de junio de 2012
MALOS HABITOS

jueves, 9 de febrero de 2012
CONCUPISCENCIA

En la teología cristiana, se llama concupiscencia (del latín concupiscentĭa, de cupere, desear, reforzado con el prefijo con) a la propensión natural de los seres humanos a obrar el mal, como consecuencia del pecado original.
La especial insistencia de la enseñanza moral cristiana en centrarse en las cuestiones de conducta sexual, ha producido un cierto sesgo en el significado, dotándolo de ese contenido, que se observa en expresiones como «miradas concupiscentes». Sin embargo, el concepto es más general, y atañe a todas las dimensiones de la conducta. Según el Diccionario de la lengua española (de laReal Academia Española) la concupiscencia es, "en la moral católica, deseo de los bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos
En su sentido más general y etimológico, concupiscencia es el deseo que el alma siente por lo que le produce satisfacción, "Deseo desmedido" no en el sentido del bien moral, sino en el de lo que produce satisfacción carnal; en el uso propio de la teología moral católica, la concupiscencia es un apetito bajo contrario a la razón. Aquí apetito quiere decir inclinación interna, y la referencia a la razón tiene que ver con la oposición entre lo sexual y lo racional, no con el uso común de la palabra razón. El objeto del apetito sensual, concupiscente, es la gratificación de los sentidos, mientras que el del apetito racional es el bien de la naturaleza humana, y consiste en la subordinación de la razón a Dios. En la práctica se llama apetito al apetito sensual, o concupiscente, y razón al apetito racional así entendido.
La Iglesia Católica distingue entre concupiscencia actual, que son los deseos desordenados, yconcupiscencia habitual, que es la propensión a sentir esos deseos. La concupiscencia no se identifica en la moral católica con el pecado, sino con la inclinación a cometerlo, pero en la fe cristiana sí se identifica con el mal puesto que la Biblia así lo describe en la Epístola Universal de Santiago, capítulo primero versículos 13 al 15: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte". Esto tiene que ver con las distintas interpretaciones del pecado original, que para la mayoría de los teólogos protestantes corrompió la naturaleza humana, hasta entonces inclinada al bien, y para los ortodoxos y católicos privó a los hombres del don que hasta entonces compensaba la propensión de la naturaleza humana, desde su mismo origen, hacia el mal.
La inclinación al mal del bautizado es explicada de diferente manera por ortodoxos, coptos y católicos por una parte y por protestantes por otra. Para la Iglesia Católica y Ortodoxa, por el bautismo Dios perdona al cristiano todos sus pecados , aunque permanecen muchas de las consecuencias del pecado original; así que no recupera el don perdido, igual que no recupera la inmortalidad corporal, que si bien no era parte de la naturaleza propiamente humana antes del pecado de los primeros padres, sí se ha considerado como una gracia especial de la que gozaban los primeros padres Adan y Eva. Esta gracia de la inmortalidad se perdió como castigo a su pecado. Los protestantes están divididos,por otra parte algunos consideran que el bautismo no perdona ningún pecado mientras que la mayoría piensa que el bautismo es necesario para la salvación, solo están de acuerdo en que la concupiscencia no desaparece con el bautismo.