QUE CURIOSO

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Investigadores de la Universidad de Oviedo en España lograron aislar y cultivar bacterias con capacidades potencialmente terapéuticas en las precipitaciones de agua, granizo o nieve.

Para los autores de este estudio el hallazgo supone una fuente novedosa e inexplorada para el descubrimiento de nuevos medicamentos a través de recursos atmosféricos.




Gloria Blanco, profesora del Área de Microbiología del Departamento de Biología Funcional de dicha universidad explicó que la principal fuente de antibióticos y antitumorales es la naturaleza, donde se encuentran unas bacterias denominadas actinobacterias, con potencial farmacológico, sobre todo en las especies del género “Streptomyces”. Éstas que se consideraban durante el siglo XX exclusivas del medio terrestre viven también y de manera abundante en los océanos.

En el 2013 este grupo de científicos comenzó a aislar bacterias a partir de muestras de precipitaciones atmosféricas recogidas en las ciudades de Gijón y Oviedo, y durante tres años de trabajo lograron cultivar en el laboratorio un gran número de estos microorganismos obtenidos a partir de fuentes atmosféricas.

Los estudios han confirmado que dichas bacterias, además de vivir en ambientes terrestres y marinos, pueden desplazarse asociadas al ciclo hidrológico, y Blanco destaca en ese sentido el “evidente interés” sobre estos descubrimientos dadas las necesidades médicas actuales.

El trabajo realizado por un equipo multidisciplinario compuesto por biólogos, biotecnólogos, químicos y médicos, fue publicado recientemente en la revista Microbial Ecology.

La investigación se centró en la búsqueda de nuevos antibióticos y antitumorales a partir de hábitats naturales previamente inexplorados. Gloria Blanco destaca que ante el creciente problema de las resistencias a los fármacos se hace cada vez más necesaria la búsqueda de nuevas moléculas.