EL CLIMA

domingo, 22 de noviembre de 2015

MMM...



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Alan Whitman y Andrew Masters son dos estadounidenses que han logrado un éxito comercial sin precedentes: se han hecho ricos vendiendo como churros un spray llamado Liquid Ass (culo líquido), que hace que todo apeste a varios metros a la redonda.

El maloliente producto nació hace más de veinte años, cuando Whitman cursaba estudios de secundaria y sus papás le regalaron un juego de química (como el mítico Quimicefa de mi padre, cuantos recuerdos). El muchacho, por esa época, utilizó los elementos como un alquimista y creó una fragancia que es “una mezcla de raja de culo, alcantarilla y animal muerto”, según indica en una entrevista.




Posteriormente, utilizó el pestilente mejunje para gastarle una broma a un profesor que le caía mal, y en ese momento se dio cuenta que el producto era un ‘arma de destrucción masiva’, capaz de vaciar de alumnos varias clases en muy pocos segundos. Zorrillo apestoso a su lado es una hermanita de la caridad.

Ahí quedó el recorrido del invento, hasta que hace una década, Mr. Peste fue despedido de la fábrica donde trabajaba. Así que junto a su amiguete Masters decidió que era la hora de dar a conocer al mundo su podrida esencia.

El caso es que el negocio va viento en popa y venden miles de frascos, de 30 ml., a 9 euros la unidad. ¡Nunca el olor a mierda fue tan lucrativo!

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