EL CLIMA

martes, 10 de noviembre de 2015

Estamos casi seguros de que no lo sabias


https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Calendarium_cracoviense.jpg

Un almanaque es una publicación anual que contiene la información tabular de algunos temas determinados, ordenados en un calendario. Se pueden encontrar datos astronómicos y diversas estadísticas, también incluye entre otras informaciones los movimientos del sol y de la luna, eclipses, días festivos, y cronologías. La palabra almanaque proviene de la árabe المناخ al-manākh, "el clima", reflejando su propósito original utilizado para la agricultura donde proporcionaba información sobre estaciones y el clima.




El precursor del almanaque fue el calendario climático griego, el Parapegma. Ptolomeo, el astrónomo de Alejandría (siglo I CE) escribió un tratado, Phaseis -"fases de las estrellas y colección de los cambios climáticos" es la traducción completa de su título completo- la base de un Parapegma, donde aparecen una lista de cambios climáticos en las estaciones regulares, las primeros y últimas apariciones de estrellas y constelaciones al amanecer y al anochecer, y eventos solares tales como solsticios, organizados de acuerdo al año solar. Con los cómputos astronómicos se predecían los fenómenos climáticos, compuestos como un resumen de las observaciones hechas por las varias autoridades del pasado. La Parapegmata fue compuesta durante siglos.

Ptolomeo creyó que los fenómenos astronómicos causaban los cambios en el clima estacional; su explicación de porqué no había una correlación exacta de estos acontecimientos fue que las influencias físicas de otros cuerpos celestes también intervenían. Por lo tanto, para él la predicción del tiempo era considerada como una división de la astrología.

En Occidente, árabes, judíos y conversos importaron, elaboraron y adaptaron, los antecedentes de los calendarios actuales. Inicialmente, además de los pronósticos, incluían algunos consejos de moral o de higiene. La invención de la imprenta y la aparición de la prensa tipográfica posibilitaron una mejor difusión de los almanaques, con una progresiva aceptación e interés de un público cada vez mayor. El carácter sintetizado de las informaciones y, fundamentalmente, la naturaleza astrológica y astronómica de los contenidos, convierten a los almanaques en publicaciones privilegiadas y muy populares, con una importante difusión entre las distintas clases sociales.

Los almanaques o calendarios son considerados en el ámbito de la literatura popular como literatura de hilo o cordel. Una definición que no tiene nada de peyorativa y que se debe a la manera como era hecha la propaganda y venta de estas publicaciones, que se colgaban con un hilo en las cristaleras de las librerías. Una costumbre que todavía continúa viva en muchos lugares del mundo. De acuerdo con su uso popular, podríamos clasificar los almanaques en dos grupos: de una parte los de pequeño folletín, dirigidos a poblaciones rurales o de los alrededores de las ciudades y por la otra los que tienen un mayor número de páginas, incluso como si fueran pequeños libros, en forma de volúmenes destinados a un público más burgués y urbano.

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