EL CLIMA
martes, 13 de octubre de 2015
¿¿LO SABIAS??
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Cuando los machos de las ranas arborícolas japonesas cantan a la vez, las hembras no pueden distinguirlos para elegir al mejor, así que los pretendientes se ponen de acuerdo para entonar de uno en uno. Esta desincronización natural de los cantos ha inspirado el desarrollo de algoritmos computacionales, que se pueden aplicar al diseño de sistemas inalámbricos y al análisis de redes sociales, como Facebook o Twitter.
Los machos de esta especie emiten sus cantos para atraer a las hembras, que así reconocen el origen de la llamada y localizan al pretendiente. El problema surge cuando dos o más machos están demasiado cerca y cantan a la vez. En ese caso, las hembras quedan confundidas y no pueden determinar de dónde proceden las llamadas.
Por esta razón, los machos han tenido que aprender a desincronizar sus cantos, es decir, a no cantar al mismo tiempo, para que las hembras los puedan diferenciar y así elegir al individuo más dotado.
“Este proceso es un buen ejemplo de autoorganización en la naturaleza, que nos ha servido para desarrollar los algoritmos bioinspirados”, explica Christian Blum, profesor Ikerbasque de la UPV/EHU.
El equipo ha utilizado esta herramienta matemática para resolver problemas de computación relacionados con grafos, un conjunto de nodos unidos por enlaces que representan gráficamente sus relaciones. Por ejemplo, la red de metro o las relaciones de amistad entre las personas se pueden representar mediante grafos.
Hace unos años los investigadores utilizaron estos algoritmos para colorear grafos.
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