Cuando Jesús acciona la compasión todo cambia; hay conversión del corazón. Si la gente que lo seguía buscaba resultados visibles en sus hambres de salud y seguridad, va a tener los frutos de la paz, la esperanza y la alegría. Ya no andarán como ovejas sin pastor, ni el pastor andará sin ovejas. Hermosa lección. Vio, se compadeció y les enseñó muchas cosas para la vida en el tiempo y en la eternidad.
No quiero caer en la tentación de buscar definir la compasión en el siglo XXI. Compasión, compasión, compasión… Simplemente miremos como Jesús nos mira, compadezcámonos como Jesús se compadece de nosotros, actuemos la compasión como Jesús que hace producir frutos en abundancia en cualquier circunstancia de la vida.
Puede ser el rostro del amor sereno, silencioso, pacífico, generoso, entrañable, que requiere nuestro mundo tan ruidoso, materializado y desmoralizado.
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