EL CLIMA
jueves, 23 de julio de 2015
¿¿LO SABIAS??
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En Escocia en general las bodas son más pequeñas que en España. No invitan a familiares de segundo grado y tampoco a todos los familiares de primer grado. Y ni mucho menos invitan a Fulanito, ese compañero de trabajo de tu padre que él quiere que invites porque lo invitó a la boda de su hija. No se meten en esos berenjenales de compromisos a veces ridículos que encuentras en las bodas españolas.
Es curioso que tampoco suelen invitar a niños. O a muy pocos. En esta boda escocesa solamente había un niño y en una boda inglesa a la que asistí en mayo solo había tres. Y los padres ni se ofenden ni nada, oye. Dejan al niño con alguien y aprovechan la boda para disfrutar un poquito en pareja sin tener que estar pendiente del peque.
A diferencia de España, donde lo primero que haces es ver a quiénes «tienes» que invitar y luego calcular cuánto te va a costar la broma, en Escocia lo hacen al revés. Primero calculan de cuánto dinero disponen y luego deciden a cuántas personas pueden invitar, que me parece mucho más lógico.
Otra cosa curiosa es que invitan a gente incluso después de enviar la invitación. Imagínate que tu novio es amigo de la novia y a él lo han invitado, pero a ti no. No es extraño que llamen luego para preguntarte si quieres ir porque se han quedado varios sitios libres. Desde la perspectiva española esto sería un despropósito. A ellos les parece de lo más normal. Tu invitación a la boda dependerá de la relación que tengas con la pareja que se casa.
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