CUESTION DE MARKETING

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PATRICIA VALENTÍN


Da igual que cuelguen un selfie, que fotografíen su última adquisición en bolsos o que salgan apenas sin ropa. Venden, eso es una verdad irrefutable. Son como máquinas de hacer dinero en cuanto suben alguna imagen a su perfil de Instagram, y eso a las marcas les encanta.

Todo esto tiene un nombre en marketing, se llama ‘marketing de influencers o de influencia’, creando líderes de opinión en la red social que tienen un sinfín de followers que le dan a “me gusta” casi al segundo de publicar una foto o video. Y eso que la imagen es enana -tamaño 1x1- y su calidad muchas veces con filtros deja mucho que desear, pero algunos famosos saben explotarlo al máximo y congregar a millones de seguidores frente a la pantalla.




La reina mundial de Instagram

Muy reñida con otra grande en Instagram, en el top del ranking se encuentra la cantante Beyoncé (@beyonce). La mujer del rapero Jay Z tiene más de 29,4 millones de seguidores, suele publicar entre una y tres fotos diarias, y aunque no se prodiga en muchos comentarios que acompañen sus imágenes, puede llegar a superar el millón de likes con solo una instantánea.

Beyoncé es una de las cantantes que más discos vende en la actualidad (en sus 16 años de carrera ha vendido más de 75 millones y ha ganado cerca de 20 premios Grammys), su cuenta en esta red social le sirve como micrófono para hacer avances musicales o inmortalizar su jornada laboral en un estudio de grabación, además de ser famosa por su matrimonio con el productor Jay Z. Tan pronto sale promocionando un ‘it bag ‘de Chanel como unas zapatillas Converse junto a su hija (así la prensa del corazón tiene más trabajo) o lo último en anillos en forma de panal de abeja para ir totalmente a la moda.

Más de un millón dieron al ‘me gusta’ famoso para confirmar que le quedaba mejor el cabello oscuro y no ese rubio tan llamativo y nada acorde a su estilo.
Beyoncé es nuestra primera máquina de hacer dinero en Instagram. Pero… le sigue muy de cerca otra ‘fiera’ que aglutina millones de instagramers (29,3 para ser exactos). Ella es Kim Kardashian (@kimkardashian).

Casi nos mata de un disgusto al verla con ese rubio platino hace un mes, pero recientemente publicó como había vuelto a su color natural, y parece que sus seguidores ‘han hablado’. Más de un millón dieron al ‘me gusta’ famoso para confirmar que le quedaba mejor el cabello oscuro y no ese rubio tan llamativo y nada acorde a su estilo. Si la Kardashian quisiera promocionar tintes para el pelo en estos momentos, haría multimillonaria a la marca que la contratase.

La empresaria y modelo puede llegar a publicar una media de cuatro o cinco fotos. Cualquier portada de revista de moda la adora por no hablar de los diseñadores, cualquier truco de maquillaje o un nuevo peinado que cuelgue es seguido por muchas, pero si encima sale en la red social con alguna de sus hermanas o con su marido –de raperos va la cosa, en este caso Kanye West– la venta se triplica.

La tercera en la lista es Ariana Grande (@arianagrande) que tiene 28,2 millones de seguidores. Esta joven actriz y cantante americana se ha hecho famosa por interpretar a Cat Valentine en algunas series infantiles como Nickelodeon y Victorious. Pero sin duda lo que ha lanzado a la fama es su canción Problem que lideró las listas de ventas musicales en muchos países del mundo.

Su Instagram está cargado de poses con morritos, decenas de imágenes de sus mascotas, fotos de lo más divertidas con amigas, y también como no, con su novio Big Sean (otro rapero más) con el que está viviendo un tórrido romance que siempre es un reclamo para la publicidad.

Grande es una de las jóvenes ídolos del pop que más vende en cualquier formato, aunque siempre va ligada alguna polémica, algo que no le ocurre a Taylor Swift (26,3 millones de followers). La dulce y amable chica del country (@taylorswift) es adorada allá por donde pasa, es una de las historias bonitas de la fama. Trabajadora, con talento y una sonrisa perfecta le sigue un batallón de seguidores. Esta red social le proporciona el soporte idóneo para promocionar su música, por ejemplo, el tour de su último disco ‘1989’.

Sus viajes, su gata y sus conciertos. Estos son los pilares de las fotografías que Swift sube a Instagram pero eso no quiere decir que esté exento de vender cualquier producto. Ella sería la reina de la venta de barra de labios rojos, por ejemplo.

Las influencers españolas

Dos nombres, dos tendencias: Paula Echevarría y Blanca Suárez. La primera (@pau_eche), es un fenómeno de masas, con 717.000 seguidores, publica casi todos los días de dos a tres fotos. Es la reina del low-cost y los mensajes positivos. Todo empezó con su blog de moda en una conocida revista femenina desde hace unos años donde publica fotografías de sus modelitos diarios y explica dónde se pueden adquirir dichas prendas.


Paula Echevarría se ha creado una imagen de marca propia. 

Se desprendió del nombre de ‘la mujer de Bustamante’ y creó uno con identidad propia. Las marcas de ropa o accesorios intentan que saque alguna de sus prendas en su blog o perfil de Instagram porque en ese día ya está todo vendido. Sin duda, la legión de fans que le siguen es fiel a la moda y a Paula; es la máquina de hacer dinero made in Spain.

La calidez y sensibilidad que esta madrileña profesa allá por donde se exhibe es lo que las marcas reclaman.

La segunda (@blanca_suarez), es la actriz Blanca Suárez (605.000 followers), donde refleja su estilo diario en cada una de las entradas a Instagram. Lo mejor que sabe hacer es vender su cine, aprovecha esta plataforma para recordar a sus seguidores los avances de algún proyecto profesional o el estreno en cartelera de alguna de sus película.


La actriz Blanca Suárez es imagen de una conocida marca de lencería. 

No es lo único, la calidez y sensibilidad que esta madrileña profesa allá por donde se exhibe es lo que las marcas reclaman. Joyería, deportivas, lencería o algún restaurante. Toca su varita mágica y lo convierte en un reclamo popular.

Son las reinas de hacer dinero, las marcas las buscan porque quieren que les representen. Son el mejor estandarte para una venta segura.