EL CLIMA
jueves, 19 de febrero de 2015
¿Sabemos algo sobre la sexualidad de los insectos?
CC BY-SA 3.0
File:Plumpollen0060.jpg
Cargado por Aphaia
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Los penes de algunos escarabajos están cubiertos de picos, palas, arpones y dagas, los cuales producen heridas en las vaginas de las hembras. Esto supone una facilidad de apareamiento a la hora que el esperma entra en contacto con la vagina.
En ocasiones, los insectos hembras tienden a matar y a comer a sus pretendientes.
Las vaginas de los insectos pueden almacenar durante años el esperma de los machos antes de usarlo. Inclusive hasta expulsarlo en caso que no les atraiga el macho.
Las moscas macho deben realizar toda una contorsión genital, de entre 90° y 180°, para poder penetrar a la hembra; aunque algunas especies logran hacer una rotación de 360°.
Muchos insectos experimentan el sexo como agonía y éxtasis al mismo tiempo; ya que, en ocasiones, el pene explota o se rompe dentro de la vagina de la hembra. El ejemplo de esta práctica son las abejas, donde el pene del macho explota con la eyaculación hasta que cae del cielo, muriendo entre los arbustos. Otro caso son los grillos, los cuales sostienen el pene del macho como un snack de proteínas; por lo que, en este proceso, el tamaño sí importa ya que las hembras sólo escogen a su pareja con base en su spermatóforo.
Los dermápteros machos cuentan con dos penes en caso que el primero se rompa dentro de la vagina de la hembra. Además, cada pene del dermáptero tiene una longitud similar al de su cuerpo entero.
Hay ocasiones en que los machos se desprenden de su pene en el interior de la vagina de su pareja. De acuerdo con los científicos, los machos que sobrevivieron al proceso, pudieron aparearse eventualmente; mientras que las hembras tardaron más en hacerlo.
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